MANILA. El papa Francisco regresó a Manila tras acortar su viaje a la ciudad de Tacloban, debido a la amenaza de la tormenta tropical Mekkhala, que se acerca a Filipinas con vientos de hasta 130 kilómetros por hora.

 

El pontífice se vio forzado a modificar su visita a Tacloban, donde, tras ofrecer una misa en el Aeropuerto Daniel Romualdez, se trasladó rápidamente a almorzar con 30 familiares de víctimas del tifón Haiyan, que arrasó la ciudad en noviembre de 2013.

 

El Vaticano decidió recortar el viaje del Papa después de que los pilotos advirtieron que las lluvias intensas pueden obstaculizar su viaje de regreso a Manila.

 

“Pido disculpas a todos ustedes. Estoy realmente triste porque tenía algo preparado para ustedes”, señaló Francisco ante la multitud en Tacloban, la ciudad más importante de las Bisayas Orientales y también la capital de la provincia de Leyte, al sur de Manila.

 

Mas de un año después de la tragedia de Filipinas y ataviado con un poncho de plástico para protegerse de la lluvia, Francisco trató de confortar a los damnificados con una misa.

 

Había preparado una homilía, pero decidió improvisar y hablar en español para sentirse más cerca de la gente de Tacloban, que debido al tifón perdió todo lo que tenía.

 

“Cuando vi desde Roma la catástrofe, sentí que tenía que estar aquí. Tantos habéis perdido todo. No sé qué decirles, no tengo palabras pero Él (Señor) sí sabe que decirles”, dijo el pontífice.

 

A la explanada del aeropuerto, que durante el tifón quedó sepultado bajo siete metros de agua, acudieron a la misa miles de personas.

 

Francisco regresó de nuevo en Manila después de celebrar la misa en Leyte, en el marco de su visita de cinco días a las islas Filipinas.

 

El Papa tomó tiempo para saludar a la gente que esperaba en la base aérea antes de subir al vehículo que lo llevaría a la Nunciatura Apostólica.

 

 

DEC