A los pocos minutos de su aterrizaje en México, el papa Francisco rompió los protocolos y fue recibido como todo un rockstar.

 

La espera terminó. Con puntualidad, a las 7:30 de la noche, el Airbus de Alitalia procedente de Cuba, arribó con el líder de la Iglesia católica al hangar presidencial.

 

Un par de minutos después, Monseñor Christophe Pierre, nuncio apostólico en México y Miguel Maldavón, embajador y director de protocolo, subieron las escalinatas para recibir al Pontífice.

 

Al abrirse la puerta, con los gritos desbordados de los más de mil asistentes, Francisco descendió lentamente, al pie de las escalinatas ya lo esperaba el presidente Enrique Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera, con quienes charló por unos segundos.

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Foto: EFE

 

El Papa caminó flanqueado por Peña y Rivera hasta donde se encontraban cuatro niños, quienes le entregaron un cofre de tierra mexicana, el cual fue bendecido.

 

Fueron cuatro menores ataviados de trajes típicos, una originaria de Oaxaca vestía un traje tehuana; otra niña de Puebla visitó de china poblana; uno más de Veracruz con traje de jarocho y otro pequeño de Jalisco portó el típico atuendo de charro.

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Foto: Especial

 

Mientras intercambiaba palabras con el Presidente, un mariachi entonó el Cielito Lindo y un cuerpo de baile interpretó un número folclórico.

 

El protocolo marcaba que un grupo de artistas y niños cantaría la melodía Luz, en lo que el pontífice recorría la alfombra roja que lo llevaría a la salutación del gabinete y los jerarquía católica.

 

Sin embargo, al pasar junto a artistas como Pedro Fernández, Christian Castro o Lucero, la primera dama Angélica Rivera llevó al Papa hacia ellos, ataviados de blanco, de inmediato, niños y cantantes se abalanzaron sobre el prelado, que sonriente aceptó los abrazos.

 

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Foto: EFE

 

En las gradas, los asistentes gritaban “bendición, bendición”, parecía que el papa se iría sin hacerles caso pero en unos segundos rompió el protocolo y se dirigió a las gradas.

 

En ese momento, la solemnidad de la ceremonia de recibir al jefe de estado Vaticano se esfumó; el Hangar Presidencial colapsó como si fuera un concierto. Los asistentes gritaban al ver pasar al santo padre junto al graderío.

 

Flanqueado por el Ejecutivo, el papa recorrió las gradas, lanzó bendiciones por doquier, y en el momento cumbre de la noche, se puso un sombrero de charro.

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Foto: EFE

 

La solemnidad regresó cuando se dirigió a la sala de espera del hangar, donde por unos minutos saludó a obispos y cardenales.

 

Frente a la sala de espera, una larga fila de autoridades eclesiales, cardenales y obispos entre ellos, saludaron uno a uno a Francisco y Peña Nieto.

 

Antes de abordar el papamóvil rumbo a la Nunciatura, sostuvo una pequeña charla con el Ejecutivo mexicano y saludó brevemente al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa.

 

Tras un vuelo de aproximadamente mil 800 kilómetros, desde Cuba hasta la terminal Benito Juárez de la Ciudad de México, el papa Francisco llegó a las 19:17 horas, 15 minutos antes de lo previsto, a bordo de una aeronave de la compañía Alitalia.

 

Presenció un espectáculo de música y lucecitas 

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Foto: Especial

 

La canción Luz resonó mientras recorrió una breve alfombra roja y los cerca de mil asistentes encendieron sus celulares para iniciar la valla que lo acompañó hasta la Nunciatura.

 

El Papa saludó además a los integrantes del grupo de mariacahis que amenizó la bienvenida y al cuerpo de baile.

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Foto: EFE

 

El jefe del Ejecutivo estuvo acompañado de gran parte de su gabinete.

 

El encuentro entre ambos dignatarios fue breve, no hubo discursos, pues la ceremonia oficial de bienvenida será mañana sábado 13 de febrero a las 09:30 horas en el Palacio Nacional.