CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco celebrará una misa en la capilla de su residencia vaticana, la Casa Santa Marta, por el sacerdote francés degollado algunas semanas atrás por dos terroristas que se declararon miembros del Estado Islámico (EI).

 

El portavoz de la Iglesia católica, Greg Burke, informó que la ceremonia tendrá lugar a las 07:00 hora local (05:00 GMT) de mañana miércoles, y en la misma participarán familiares de Jacques Hamel, asesinado el 26 de julio en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray.

 

A la ceremonia asistirán también unos 80 peregrinos de Ruán, la diócesis de origen del sacerdote, acompañados por el obispo Dominique Lebrun.

 

Hamel tenía 85 años de edad cuando dos terroristas irrumpieron mientras celebraba la misa en su parroquia del noroeste francés para ultimarlo.

 

El ataque conmocionó a toda Europa y el Papa reaccionó condenando todo tipo de violencia.

 

Esta semana, el exponente islámico argentino, Omar Abboud, reconoció que ese atentado consternó también al mundo musulmán.

 

“Nosotros no hacemos eso. Si existe un grupo de personas que usan el lenguaje islámico para llevar a cabo atrocidades no es algo de lo cual nosotros podemos dar cuenta. Los crímenes los cometen las personas, no las creencias religiosas”, aclaró en entrevista con Notimex.

 

“Nuestra posición es clara: cuestionamos cualquier formato de violencia que atente contra la libertad religiosa y contra la dignidad humana, especialmente en este caso porque se trató de un hombre de Dios y tuvo un alto valor simbólico. Condenamos cualquier muerte y esta en particular”, agregó.

 

Abboud estuvo en Roma para participar en un encuentro durante el cual se lanzó un nuevo Instituto del Diálogo Interreligioso de América, que cuenta con la bendición del papa Francisco y el apoyo logístico de la Organización de Estados Americanos (OEA).

 

Para el también diputado argentino, antes de que el conflicto mundial se convierta en una guerra de religiones se llegará a una toma de conciencia de que los violentos responden más bien a fundamentalismos políticos y económicos.

 

“La pregunta es: ¿quiénes son los beneficiados por estos conflictos? ¿Qué prolifera en el mundo? Si son los consorcios de armas, del petróleo, de la droga. Hay que ver quiénes son los beneficiados cuando ocurren hechos violentos de estas características que son, cuanto menos, un tanto extraños”, estableció.

 

Empero, reconoció que el mundo islámico debe aprender a comunicar y a guiarse por nuevas variables en su relación con el Occidente, porque el islam no es homogéneo y a veces son escasos los interlocutores con los cuales se pueda hablar realmente.

 

Pero sostuvo que nunca las autoridades religiosas plenas pueden ser representadas por los fundamentalistas.

 

“Quien llama a la moderación no representa a los integristas porque ellos no quieren ser representados, se representan a sí mismos y en todo caso no están al servicio de Dios sino que ponen a Dios a su servicio”, precisó.  dmh