ROMA. El papa Francisco se mostró hoy “vivamente apenado” y dio el pésame a los familiares de los fallecidos en la explosión de un camión de gas junto a un hospital infantil del Distrito Federal, en un telegrama enviado al arzobispo del país, Norberto Rivera Carrera.

 

El secretario de Estado, Pietro Parolin, transmitió a través del comunicado los “sufragios por el eterno descanso de los difuntos” que ofreció el pontífice, quien también quiso transmitir “el pésame a los fallecidos”.

 

“El papa Francisco, vivamente apenado al conocer la dolorosa noticia de la explosión acaecida cerca del hospital materno Infantil de Cuajimalpa”, reza el texto dirigido a Rivera Carrera.

 

Jorge Bergoglio recordó “las numerosas víctimas y heridos, entre ellos muchos niños” y envió “expresiones de consuelo, viva solicitud y deseo de pronto restablecimiento de los heridos, como signo de esperanza en el Señor resucitado”.

 

El papa ya se expresó ayer, con un mensaje publicado en su perfil oficial de la red social Twitter con el que pedía rezar por las víctimas.

 

Recemos por las víctimas de la explosión en el hospital de Cuajimalpa, México, y por sus familiares que el Señor les conceda paz y fortaleza“, escribió Francisco.

 

En el suceso murieron dos personas, una menor de edad y una mujer de aproximadamente 40 años, así como una bebé rescatada que perdió la vida cuando era atendida en otro hospital, según confirmó el jefe de Gobierno de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien corrigió la cifra oficial que habían proporcionado inicialmente las autoridades mexicanas y que era de siete fallecidos.

 

El error fue justificado por Adrián Rubalcava, jefe de la demarcación de Cuajimalpa, donde se encuentra el hospital, quien dijo que se debió a “una confusión” porque “algunas personas que estaban inconscientes” fueron calificadas “en un principio como que habían perdido la vida”.

 

La explosión destruyó la mayor parte del hospital público, pero se registró en un horario en el que sólo había una veintena de trabajadores, indicó Rubalcava, lo que evitó que la tragedia cobrara mayores dimensiones.  DM