El Gobierno de Pakistán rechazó hoy las acusaciones de la inteligencia de Afganistán de estar detrás de la Red Haqqani, grupo ligado a los talibanes, a los que el servicio de seguridad afgano responsabilizó del atentado que el día anterior causó 90 muertos y 463 heridos en Kabul.

 

“Rechazamos las acusaciones infundadas del Gobierno afgano. Las acusaciones no ayudan en los esfuerzos hacia la paz”, dijo en su habitual rueda de prensa semanal el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores paquistaní, Nafees Zakaria.

 

Los factores responsables del deterioro de la seguridad en el país vecino son internos, añadió el portavoz.

 

“Por lo tanto, la mera retórica de culpar a otros para esconder sus fracasos en Afganistán no resolverán el problema”, estimó Zakaria.

 

El portavoz afgano remarcó que el compromiso de Islamabad con la paz y la estabilidad en el país vecino está fuera de toda duda, como su “sincero amigo”.

 

“El bárbaro ataque de Kabul fue planeado por la Red Haqqani en Pakistán“, indicó ayer el Directorio Nacional de Seguridad (NDS) en un comunicado en el que señaló que, según las investigaciones iniciales, esa red contó con la “dirección y la cooperación directa de la Agencia de Espionaje de Pakistán ISI“.

 

Kabul y Washington han acusado repetidamente a Islamabad en los últimos años de dar refugio a grupos insurgentes en su territorio, como la red Haqqani, que atentan contra tropas afganas y estadounidenses.

 

La India e Irán también acusan a Pakistán de dar cobijo a grupos terroristas en su territorio.

 

El Consejo Afgano de Críquet anunció hoy la cancelación de todos los partidos y acuerdos con Pakistán, en reacción al atentado.

 

 

Kabul e Islamabad habían llegado recientemente a un acuerdo para jugar dos partidos amistosos en la capital afgana y la ciudad paquistaní de Lahore, además de dos series de encuentros en Pakistán y en Emiratos Árabes Unidos, y otros acuerdos deportivos.

 

 

En febrero pasado, el Gobierno de Islamabad acusó a Afganistán de albergar en su territorio a terroristas que actúan en Pakistán y ordenó el cierre fronterizo durante varias semanas tras un gran atentado contra un templo sufí en el que murieron 88 personas.

 

 

En los últimos meses las aperturas y cierres fronterizos se han repetido, así como los intercambios de disparos entre afganos y paquistaní, que se han acusado mutuamente de la muerte de civiles en esa zona.

 

 

 

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