Con un penal fallado por Cardona y un gol en compensación, los Tuzos ganaron en el global y llegó el sexto título para la institución presidida por Jesús Martínez.

 

Con un mosaico impresionante en el Estadio BBVA, inició la final del Clausura 2016 y Rayados se adueñó por completo de las acciones y cada jugada sobre la portería de Oscar Pérez parecía de un peligro inminente.

 

Y muy pronto en el partido el silbante Fernando Guerrero mostró la primera amarilla, fue para Rodolfo Pizarro que cometió una dura entrada sobre Ayoví y ya mostraba el juez que estaría atento a cada falta. La siguiente cartulina preventiva fue para Pabón por empujón a Hernández.

 

Después de varios minutos de insistencia regia, el árbitro marcó un penal dudoso para el local, pero Cardona mandó su tiro a la tribuna y todo seguía como al inicio.

 

Después de la falla del de Rayados, Pérez se creció y en dos ocasiones salvó a su puerta de manera cardíaca en la línea y la afición local comenzó a desesperarse.

 

Pero inmediatamente después de la metralla sobre el Conejo, Pabón encontró un ligero hueco desde fuera del área y mandó un disparo que el cancerbero de Tuzos no pudo detener y así se empató el global.

 

Con todo parejo, arrancó el segundo tiempo y Tuzos ya salió más ofensivo, pero la primera de peligro fue para Rayados; Funes Mori anotó el segundo, pero estaba en posición adelantada.

 

Corría el minuto 74 y Pabón llegó perfilado al área y se llevó a Mosquera que lo derribó en el borde de la línea y el delantero Rayado logró recuperarse y metió un tiro que se metió a la portería, pero el árbitro ya había marcado la falta. El defensa de Pachuca se fue expulsado.

 

Con un hombre más, el Monterrey no sacó el oficio que lo caracteriza y dejó vivir al Pachuca que poco a poco fue ganando metros sobre la cancha.

 

Ya en tiempo de compensación, los dirigidos por Diego Alonso callaron el estadio y el joven Víctor Guzmán remató de cabeza y venció a Orzoco que había tenido una Liguilla muy efectiva, pero no pudo sacar la última del torneo.

 

7 penales se han fallado en la historia de las finales del futbol mexicano. Cardona fue el último.

 

Dorlan Pabón volvió a marcar  en una final, no lo hacía  desde 2011, cuando militaba en el Atlético Nacional(Atlético Nacional vs La Equidad en el torneo colombiano).

 

Los datos

 

Desde 1978 cuando Carlos Miloc se coronó con Tigres, ningún estratega uruguayo había podido  en ganar la Liga MX,  Diego Alonso rompió con esa sequía y es el nuevo DT campeón.

 

Oscar Pérez recibió su segundo trofeo de campeón de Liga; el anterior fue con el Cruz Azul en el Invierno 97, tuvieron que pasar 19 años y primero se coronó el Conejo que la Máquina.

 

Figura del partido

 

Oscar Pérez tuvo cuatro atajadas que parecían goles cantados y se convirtió en el héroe de Tuzos. Pasaron 19 años para que el portero volviera a levantar un título de Liga MX

 

“El equipo nunca bajo los brazos, que bueno que se dio estamos  contentos y felices, fue un partido muy sufrido y somos dignos campeones. Estoy muy feliz por todos mis compañeros y eso es todo amigos”, apuntó Pérez.

 

“Lo soñé toda mi carrera. El equipo estuvo con 10 hombres y nunca bajó los brazos. Le doy gracias a mi entrenador por darnos la oportunidad a los jóvenes”, sostuvo Víctor Guzmán, medio de Pachuca.

 

Cortita y al pie

 

Queda claro que los títulos no se merecen ni se buscan. Queda claro que los trofeos no van con quien más los persigue, sino con quien decide tomarlo de la mano a quienes lo consiguen. Jugando bien o jugando mal, da igual; las finales hay que ganarlas más que jugarlas.

 

Pachuca sigue haciendo del norte un estado de confort, ahí le ha arrebatado dos finales a Tigres y una a Monterrey. Un territorio que se le da muy bien a los hoy campeones del futbol mexicano.

 

Si, lo ha buscado más el cuadro de Mohamed, que por cierto duelen sus lágrimas ya que sabemos tienen un sentido más profundo que la derrota en sí. Pero se trata de obtener y Pachuca lo volvió a hacer: con suerte? Sí la suerte del campeón.

 

Una estrella más a los de Hidalgo y una medalla de campeón que no encuentra una mejor pared que la del Conejo Pérez para descansar; un justo premio para alguien que le ha entregado sus mejores días al futbol.