Pues finalmente, Otto Granados Roldán y Javier Treviño, quienes “empinaron”, perdón, aconsejaron al secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, que no dialogara con los integrantes de la CNTE hasta que cumplieran ciertas condiciones, tuvieron que acudir a la “mesa educativa” que se instaló el martes en la Secretaría de Gobernación.

 

La parejita de subsecretarios (el primero de Planeación, Evaluación y Coordinación y el otro de Educación Básica) presentaron su versión color de rosa de la reunión. Dice el comunicado oficial que la SEP escuchó con atención, apertura y ánimo constructivo, los planteamientos expresados por los representantes de la CNTE. Destacaron:

 

– Es un éxito que se haya instalado ya esta mesa educativa, y que se pudiera llevar a cabo este proceso. Cualquier mejora en los procesos de implementación de la reforma educativa tiene que ser en el marco del pleno respecto a lo que se ha establecido en la Constitución y en las leyes reglamentarias en la materia.

 

– La mesa se realizó en un clima de respeto, apertura y diálogo, y hubo un ánimo constructivo en los planteamientos. (Nada de prepotencia ni mucho menos trancazos como quería Aurelio Nuño cuando condicionó dialogar con ellos).

 

– La representación del Gobierno federal escuchó con mucha atención las propuestas que se plantearon por parte de la coordinadora en un par de documentos: uno elaborado por los integrantes de la CNTE y otro preparado por su grupo asesor de académicos, que también participó.

 

– Dentro de las líneas de acción hacia el futuro, se esbozó la posibilidad de integrar un grupo de trabajo, con participantes de la coordinadora y de su grupo de académicos asesor, y de las Secretarías de Gobernación y de Educación Pública, para que se pueda avanzar ya en el diseño fino de la ruta y de la agenda para la discusión de los diversos temas.

 

Los de la CNTE declararon que fue un desencuentro y se quejaron de que prácticamente “les quieren dar atole con el dedo”.

 

Síganle, Otto y Javier, sigan empinando a su jefe el secretario de Educación para que no crezca.

 

Agenda Previa

 

El nuevo dirigente del PRI, Enrique el Ruletero Ochoa, reportó en su declaración 3 de 3 que nada más tiene 50 taxis y no los 100 que dicen los malosos; además de algunas acciones en un negocio farmacéutico, varias propiedades, obras de arte y algunas tierras (en las uñas de las manos y de los pies, acotan aquéllos). Sus ingresos sumaron 3.5 millones de pesos, de los cuales 1.4 millones de pesos fueron por actividades comerciales (supuestamente de los taxis).

 

Los trabajadores del volante hacen cuentas y concluyen que tan sólo el ingreso de los 50 taxis debería dejarle, “bajita la mano”, 25 mil pesos diarios, pues la “cuenta” para el patrón normalmente es de 500 pesos por jornada de 8 horas. Trabajando cinco días de la semana, al mes deberían ser 500 mil pesos y al año, seis millones de los mismos billetes. “¡¿A quién le quiere ver la cara el señor Ochoa?!” exclama el respetable. Bueno, a lo mejor tiene a todos los operadores de taxis en el IMSS, paga impuestos de 35%, y por eso le queda muy poquito, podría argumentar. ¡Ajá!

 

Esta columna reanudará su publicación el 1 de agosto.