PARÍS. La derecha conservadora le asestó un fuerte revés al gobierno socialista de François Hollande en una victoria que va camino a hacer historia en la política de Francia.  La derecha, como estaba previsto, se convirtió ayer en mayoritaria en el Senado francés con las elecciones para renovar la mitad de los 348 escaños de una cámara en la que por primera vez entró el ultraderechista Frente Nacional (FN) con dos diputados.

 

Con los resultados parciales, la derecha había ganado 16 escaños a la izquierda, y esa tendencia debía consolidarse conforme se fueran publicando las cifras de los departamentos con sistema proporcional todavía por escrutar.

 

El primer secretario del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadelis, dijo a la prensa que, a falta de datos definitivos, su formación perdía una veintena de escaños, pero al mismo tiempo había ganado otros cuatro.

 

Del gran partido de la derecha, la Unión por una Mayoría Popular, saldrá con toda probabilidad el nuevo presidente del Senado, que será elegido el próximo miércoles.

 

Los dos nuevos senadores del FN son Stéphane Ravier, por el departamento que tiene como capital Marsella, y David Rachline, en el ente vecino que tiene como centro Tolón.

 

La presidenta de la formación ultraderechista, Marine Le Pen, opinó que su partido había tenido unos “resultados espectaculares” que “se va a insuflar aire fresco en esa cámara un poco dormida” y que se discutirá sobre cuestiones como “las fronteras, la inmigración, la inseguridad o la Unión Europea”.

 

En estos comicios senatoriales, en los que se renuevan 178 escaños en 58 departamentos, los votantes son 87 mil 734 grandes electores, en su inmensa mayoría concejales.

 

Por eso el resultado final está muy directamente vinculado al mapa político que salió de las elecciones municipales del pasado mes de marzo, que constituyeron una severa sanción para el gobierno socialista y dieron el triunfo a la derecha.