Seguramente sabían lo que venía, pero lograron sonreír. Michelle Obama y su madre, Marian Robinson, enseñan los dientes junto al presidente de China, Xi Jinping y su esposa, Peng Liyuan. Fue el viernes cuando se inmortalizó este momento, día en que la esposa del mandatario estadunidense, con su mamá y sus dos hijas comenzaron a recorrer Beijing.

 

El sábado, mientras la representante del gobierno de Estados Unidos y su familia continuaban su viaje para enfatizar que las relaciones entre ambas potencias están mejor que nunca, The New York Times y Der Spiegel lanzaron un mensaje de Edward Snowden que es imposible ignorar. De acuerdo con documentos que les proporcionó el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), los estadunidenses rompieron los candados de seguridad de Huawei, la empresa que conecta a una tercera parte de la población de este planeta, a pesar de los bloqueos que Washington le ha impuesto desde hace años.

 

Edward Snowden reveló con sus archivos que Estados Unidos entró a las máquinas de esta empresa en Shenzhen y monitorea las comunicaciones de los directores de esta gigante que también es la tercera fabricante de smartphones más importante del mundo, después de Apple y Samsung.

 

The New York Times explica que uno de los objetivos de esta operación, llamada “Shotgiant”, es encontrar vínculos entre Huawei y el Ejército de China. Algo que teme Estados Unidos desde que Ren Zhengfei comenzó a tener éxito y a convertirse en un ejemplo en Asia. El fundador de la compañía fue ingeniero militar en los 70 y desde entonces los estadunidenses sospechan que es una pieza del gobierno para infiltrar naciones y robar información a través de la sofisticada tecnología que desarrolla. Para los chinos, como recuerda el Times, es una especie de Steve Jobs, que comenzó un imperio con tres mil dólares a mediados de los 80. Para las empresas que ha dejado tiradas en el camino, como Cisco, es el enemigo a vencer, a cualquier precio.

 

Huawei no puede vender en Estados Unidos, los cabilderos de las firmas de tecnología estadunidense han logrado vender el mensaje de que Ren Zhengfei trabaja para el gobierno y que si alguna empresa o dependencia de gobierno contrata sus servicios, su información pasará a manos de los “enemigos”.

 

Y la NSA no se queda en el bloqueo comercial que le ha impuesto Estados Unidos. Pidió a sus hackers intervenir las comunicaciones de la empresa y les recordó que muchos de sus objetivos se comunican a través de los productos de Huawei.

 

La agencia deja en claro que hay preocupación por las capacidades de generar señales de inteligencia de Huawei, que le permita a China realizar ataques o afectar los servicios de EU. Por eso, al igual que a Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto, les pusieron al equipo especial de hackers para obtener información de las relaciones, organización y planes de la compañía y del gobierno. Analizar las debilidades que tiene la firma y seguir el dinero y la cadena de suministros.

 

Asimismo, enfocarse en objetivos de alta prioridad: Irán, Afganistán, Pakistán, Kenia y Cuba (¿por qué no mencionan Venezuela?). La idea es usar la red de Huawei para ganar acceso a redes de interés, así las considera.

 

Los documentos dicen que se enfocan en tres pilares para romper a Huawei: la compañía, la tecnología y el despliegue de la tecnología.

 

Cuando observan esos tres diferentes aspectos, definen que hay dos temas que deben espiar entre los ejecutivos, marketing y planes-intenciones.

 

“Si podemos determinar los planes e intenciones de la compañía, esperamos que esto nos guíe de regreso a los planes e intenciones del Ejército de la República Popular China”, dice la agencia.

 

Todo esto, sin duda, hace ruido en México y toda América Latina, región en donde su presencia es fuerte y pretende crecer más, tal como lo ha conseguido en Asia y Europa, zonas del mundo en donde Estados Unidos no ha podido bloquearla.

 

Hay que poner atención.

 

Este lunes, el presidente Xi Jinping podría cuestionar a Barack Obama acerca de la operación “Shotgiant”, pues se reúnen en La Haya para hablar sobre el conflicto de Ucrania y la ocupación rusa de Crimea.

 

• Todo puede seguir siendo un secreto a voces, un conflicto tapado con comunicados de prensa amistosos y amplias sonrisas.