BOGOTÁ. El representante en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Todd Howland, pidió hoy calma ante la desaparición de los periodistas, la española Salud Hernández y sus colegas colombianos Diego D’Pablos y Carlos Melo, sobre las que, según dijo, hay “mucha confusión”.

 

“Primero, hay mucha confusión. Se esta presentando mucha confusión. Estamos primeramente tristes, porque sabemos el rol importante que los periodistas cumplen”, dijo Howland a reporteros en Bogotá.

 

El representante de la ONU destacó que por lo que se sabe hasta el momento, Hernández “estaba haciendo un trabajo de entrevistas con un grupo ilegal” cuando fue vista por última vez el sábado en la localidad de El Tarra, en el departamento de Norte de Santander (noreste), y el despliegue de policías y militares para encontrarla podría complicar la situación.

 

“También ella no va a tener tanta habilidad de salir cuando ella quería porque si hay una operación (de fuerzas de seguridad) eso se complica mucho”, reflexionó.

 

Por ello, Howland hizo un “llamado a un momento de calma y a poner los derechos de los periodistas primero”.

 

Con respecto a D’Pablos y Melo, apuntó que cualquier privación de la libertad es una violación a los derechos humanos y sostuvo que la situación de ambos, desaparecidos este lunes cuando cubrían en la región del Catatumbo el caso de Hernández, es “muy rara”.

 

“Es muy raro, porque ya por años había un nivel de respeto por parte de todos los grupos (ilegales) para dejar a los periodistas desarrollar su tarea”, comentó.

 

“Entonces ¿qué está pasando en el Catatumbo? Es complejo. Por eso vamos a tener un poco de precaución“, insistió.

 

Howland comentó que por parte de la ONU hay un equipo en la zona “para tratar de empujar que haya un desarrollo”, si bien matizó que, en el hipotético caso de que los periodistas estén secuestrados y quien los retenga busque un intermediario para liberarlos, ésta sería una tarea propia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

 

“Normalmente, en este caso en Colombia, la práctica es que el CICR va a hacer este trabajo de intermediación“, sostuvo.

 

El representante de la ONU, que se mostró prudente a la espera de saber más detalles sobre lo ocurrido en el Catatumbo, disertó sobre cómo serían esos contactos en el caso de que los periodistas estén en poder de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), tal y como apuntan algunas informaciones publicadas en medios colombianos, u otros grupos.

 

“Si es un grupo como el ELN, normalmente van a contactar al CICR para que hagan este tipo de intermediación, si es un grupo criminal es más complicado, porque en realidad los grupos criminales no hacen mucha interacción con nosotros y el CICR”, consideró.

 

Howland consideró “importantísimo” que se respeten los derechos de los periodistas y destacó la difícil situación que se vive en el Catatumbo, donde conviven estructuras del ELN, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y bandas criminales de origen paramilitar.

 

“Para nosotros es importante que haya un entendimiento de la complejidad que existe en Catatumbo. Esto indica también un problema que el país va a enfrentar. Por mucho tiempo se pensaron que ahora que hay un proceso de paz con las FARC entonces todos los problemas en este país van a desaparecer”, dijo. DEC