La Organización de Naciones Unidas reclamó ayer medidas concretas, incluidas sanciones, para acabar con la venta de inmigrantes como esclavos en Libia y proteger los derechos de las personas que tratan de llegar a Europa a través del Mediterráneo.

 

“Los graves abusos perpetrados contra migrantes y refugiados en las rutas del Mediterráneo central ya no pueden ser ignorados”, dijo el alto comisionado para los Refugiados de la ONU, Filippo Grandi.

 

Lo hizo en una reunión convocada de urgencia por el Consejo de Seguridad de la ONU en respuesta a las recientes imágenes de inmigrantes subsaharianos aparentemente siendo subastados como esclavos en algún lugar de Libia.

 

Grandi defendió que, ante esa situación, es necesaria una amplia batería de acciones políticas, de seguridad, humanitarias, de derechos humanos y de desarrollo.

 

“Demasiado a menudo, las medidas en relación con las rutas del Mediterráneo se han centrado en cómo controlar, disuadir y excluir. Esto puede tener un efecto deshumanizador y, aún más importante, por sí solo no ayuda a los refugiados y migrantes”, denunció.

 

Entre otras cosas, el alto comisionado pidió apoyar a las autoridades libias para crear un sistema de recepción de inmigrantes y refugiados adecuado, crear más plazas de reasentamiento y trabajar en acciones contra los traficantes de personas.

 

En ese último ámbito, Grandi incluyó el uso de sanciones como congelaciones de activo y prohibiciones de viajes, la incautación de fondos y materiales a las redes de contrabandistas y dureza por la vía judicial.

 

El director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Lacy Swing, insistió en la importancia de actuar contra esas redes que organizan la trata de personas y de proteger los derechos de los migrantes.

 

Según defendió, la comunidad internacional dispone de todos los elementos necesarios para atajar el problema y lo único que necesita es un acuerdo claro entre las distintas partes implicadas.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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