GINEBRA. La comisión de la ONU que investiga los crímenes ocurridos en la guerra civil en Siria acusó al gobierno de crímenes contra la humanidad en las prisiones, mediante actos de “exterminación, asesinato, violación, tortura, desaparición forzada y otros actos inhumanos”.

 

El grupo de eminentes juristas, que trabaja documentando las violaciones de los derechos humanos en el conflicto sirio desde finales de 2011, dijo que fuera del campo de batalla se registra una “violencia masiva y sistematizada” en los lugares de detención, sean oficiales o informales.

 

El presidente de la comisión, el jurista brasileño Paulo Sergio Pinheiro explicó en conferencia de prensa que la acusación de “exterminación” hace referencia a actos que “son parte de una política o práctica institucionalizada” por el gobierno, que “crea condiciones en las que es probable que ocurran muertes a gran escala”.

 

Pinheiro sostuvo que nadie conoce el número de personas muertas en detención y que “sería irresponsable lanzar cifras” o intentar determinar qué porcentaje corresponde a combatientes y a civiles.

 

Según más de 600 entrevistas realizadas a personas que lograron sobrevivir a algún periodo de detención, antiguos empleados de prisiones o familiares de detenidos muertos, las fuerzas gubernamentales retienen a “decenas de miles de personas” al mismo tiempo en sus prisiones, señala un informe presentado por la comisión investigadora.

 

Además, miles desaparecieron tras su arresto o durante su traslado a través de zonas controladas por el gobierno sirio.

 

De los testimonios recogidos entre supervivientes de prisiones gubernamentales, “casi todos describieron cómo fueron víctimas o testigos de torturas, o tratos crueles y degradantes” y aunque la mayoría fue testigo de terribles abusos cometidos contra hombres, también se han documentado casos de mujeres y niños -de hasta siete años- muertos en custodia.