Ochoa…, sí, sabemos que difícilmente alguien sepa a quién nos referimos cuando mencionamos el sólo apellido “Ochoa”.

 

Incluso hay quienes siguen sin descubrir de quién se trata cuando le agrega uno el siguiente apellido: Reza.

 

A su nombre completo, Enrique Ochoa Reza, hay que aplicarle lo que suele llamarse el “apellido de casado” para que la mayoría ubiquemos al personaje en cuestión: presidente nacional del PRI.

 

Sí, aún a estas alturas del partido –lleva ya dos meses y tres semanas al frente del tricolor– difícilmente hay quienes relacionen a la primera el nombre de Ochoa con su cargo. Vaya, ni entre los priistas de a pie ocurre.

 

Y por más que han intentado “inflarlo” desde distintas áreas, el ex director de la Comisión Federal de Electricidad no ha corrido la misma suerte que Aurelio Nuño en sus primeros meses como secretario de Educación (de hecho, Nuño ya había hecho sonar su nombre desde Los Pinos y ya en la SEP lo consolidó).

 

Ochoa Reza quiso entrar de lleno a las grandes ligas retando –¡hasta un spot lanzó– a un debate a Andrés Manuel López Obrador, y el líder de Morena ni siquiera se dignó mirarlo.

 

Apareció en un debate junto con Luis Videgaray –en aquel momento el más poderoso secretario del gabinete– para tratar de explicar y convencer a los televidentes de que fue un acierto invitar a Donald Trump a Los Pinos, y el líder del PAN, Ricardo Anaya, lo hizo trizas.

 

De que asumió como presidente del Revolucionario Institucional para acá, pues, Ochoa Reza se la ha pasado dando palos de ciego, buscando cómo hacerse del liderazgo del partido.

 

Pero tiene un grave problema –además de que entre los priistas ni quien lo conociera ni lo respetara–, ido Videgaray (su padrino) del gabinete, no hay quien lo apoye y lo acerque al Presidente de la República.

 

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PEÑA NO LO RECIBE.- El michoacano Enrique Ochoa Reza es el primer presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en toda su historia –incluidas las siglas que le precedieron y que nos llevan hasta 1929– que no ha podido designar al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en sus primeras dos semanas.

 

Normalmente, el mismo día de asumir el cargo, los líderes del PRI presentan a quienes conformarán su equipo y le acompañarán en las principales tareas del partido. Lo más que se habían retrasado es un par de semanas.

 

Ochoa ya va para tres meses. Y según refieren cercanos al dirigente priista, esto se debe a varias razones:

 

-Primero, no conoce quién es quién en el partido, y por eso se ha dado a la tarea de viajar para mirar al menos los rostros de quienes pudieran acompañarlo.

 

-Segundo, porque el presidente Enrique Peña Nieto no lo ha recibido y no le ha podido presentar las ternas con las que pudiera integrar el CEN.

 

Dada la situación, se aferra a una brasa ardiente a la Robespierre: cortar cabezas.

 

 

GEMAS: obsequio de Enrique Ochoa Reza sobre la liquidación de un millón 206 mil 271 pesos que recibió tras dejar la dirección de la Comisión Federal de Electricidad: “Yo no hago los cálculos actuariales. Yo soy un sujeto pasivo”.