Tras señalar que aprovechará las aportaciones de los expertos de la OCDE para lograr el crecimiento del país, el presidente electo Enrique Peña Nieto subrayó que ha planteado un modelo económico de libre mercado, pero con sentido social.

 

En la reunión que sostuvo con José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, en donde se le entregó el estudio “México: Políticas para un Desarrollo Incluyente”, Peña Nieto señaló que comparte la visión del documento.

 

Y al retomar la frase de que no tiene amigos, matizó que más que amigos necesita aliados que estén dispuestos, no a trabajar en favor de intereses particulares o de grupo, sino que estén dispuestos a aportar y a contribuir al desarrollo de la nación.

 

De esos aliados, dijo, el presidente necesita de muchos.

 

Peña Nieto señaló que las aportaciones del equipo de expertos de la OCDE serán valiosos referentes en el proceso de planear la siguiente administración.

 

Entre las coincidencias mencionó la necesidad de establecer un sistema fiscal con una base tributaria más amplia y una recaudación más simple y redistributiva, así como impulsar un plan de desarrollo energético con visión de largo plazo.

 

Llevar a cabo un proceso presupuestario, que se centre en el desempeño y eficacia del gasto público, instaurar un nuevo marco laboral y hacer valer el Estado de Derecho, entre otros.

 

Mayor pobreza

 

En el documento de la OCDE hay recomendaciones en el sector de Telecomunicaciones, como seguir fomentando reformas para simplificar y estimular la entrada de nuevos operadores y garantizar un entorno competitivo con menores precios y mejor calidad.

 

Reformar el sistema judicial, especialmente en materia de amparo, para evita el abuso que supone la suspensión y anulación sistemática de decisiones de política de regulación.

 

Conferir mayores facultades y competencias a la Cofetel, permitiéndole imponer sanciones económicas más altas.

 

En lo que se refiere a la pobreza, el documento señala que comenzó a aumentar nuevamente desde mediados de la década del año 2000 y que la población que vivía en pobreza extrema y moderada pasó de 35% a 46%.

 

Además, señala que el problema de la pobreza en los ancianos requiere de atención urgente, ya que afecta a 30% de los mexicanos mayores de 75 años y, considerando el envejecimiento futuro, existe el riego de que el problema empeore.

 

El estudio subraya que se debe evitar el riesgo de que las familias moderadamente pobres pasen a la extrema pobreza, ya que la mayoría del nivel salarial de la clase media se acerca más al nivel inferior de la escala de ingresos.

 

Por esto, propone aumentar el gasto social, sustituir los subsidios por transferencias en efectivo para los más pobres y revisar programas como Diconsa y Liconsa.

 

También se propone mejorar la eficiencia operativa de Pemex eliminando las restricciones a la inversión, ampliar la base tributaria, aumentar los impuestos a la propiedad inmobiliaria y a las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar los incentivos para el empleo formal.