Aún no se puede afirmar con contundencia por qué no se tienen elementos para demostrar una marcada y consistente tendencia de mediano plazo.

 

Pero desde hace algunos meses el mercado accionario del país ha comenzado a dar muestras de un comportamiento con mayor independencia de la tendencia seguida en los mercados bursátiles de Nueva York.

 

Un fenómeno que no habíamos visto anteriormente, con esta claridad, en nuestros mercados financieros.

 

Ayer, por ejemplo, en una jornada bursátil sin grandes sobresaltos, el índice Dow Jones prácticamente ni se movió; subió 0.09% mientras que el Nasdaq cayó 0.02%. Sin embargo, en México el principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores, el índice de precios y cotizaciones, creció 0.3%.

 

Este comportamiento se ha repetido, por lo menos, en los últimos tres meses. Por ejemplo, en los últimos 30 días el IPC de la BMV creció 2.36%, mientras que el Dow Jones sólo lo hizo en una tercera parte, 0.82%. Y si vemos lo que ocurrió en los últimos 90 días, de mayo a la fecha, el Dow Jones únicamente creció 2.68%, mientras que el IPC de la BMV tuvo un alza de 8.68%.

 

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Este desapego del mercado accionario local de sus similares estadunidenses, da muestra de que los inversionistas están diferenciando los factores internos del país respecto de aquellos globales que inciden en los grandes mercados del mundo, no sólo en Nueva York, sino también en Londres, Frankfurt o Tokio.

 

Y, sin duda, que “la diferenciación México” -por lo menos en esta etapa- está referida a la expectativa de los capitales sobre la oportunidad y el rendimiento de las inversiones en México a partir de las reformas económicas aprobadas en el Congreso.

 

El comportamiento de las cifras sobre el ingreso de capitales extranjeros de cartera salta a la vista. Excepto los meses de febrero y julio pasados -cuando se dieron salidas de capitales extranjeros del mercado accionario local- durante los cinco meses restantes de este año se dieron flujos positivos de inversión extranjera al mercado accionario. Únicamente en los meses de abril, mayo y junio -los de la negociación legislativa para la aprobación de las reformas- ingresaron seis mil 263 millones de dólares al mercado accionario local, impulsando los precios de buena parte de las acciones de empresas que se habían rezagado recientemente, entre ellas, América Móvil, de Carlos Slim.

 

Este monto de capitales ingresando al mercado accionario local es histórico. De hecho, en los últimos años la inversión extranjera que llegaba al mercado accionario mexicano era escasa. En 2011 prevaleció la salida de capitales extranjeros del mercado accionario local, en 2012 retornaron a la BMV, pero en cantidades no muy significativas, mientras que en el primer semestre de 2013 prevaleció, nuevamente, la salida de estos capitales. Fue hacia diciembre del año pasado (+dos mil 831 millones de dólares) cuando se inició una oleada consistente de capitales extranjeros hacia el mercado accionario del país, que se consolidó entre abril y junio pasado.

 

El banco central explicó este fenómeno por la mayor estabilidad en los mercados globales que abre el apetito por activos con mayores rendimientos en mercados emergentes y por las propias perspectivas positivas del mercado mexicano a partir de las reformas.

 

El resultado ha sido un crecimiento importante en el índice bursátil local durante este tiempo y que refleja el incremento en los precios de las acciones en los últimos meses, por el potencial de rendimiento que ofrecen algunas empresas que se ven como beneficiarias de las reformas.

 

La pregunta ahora es si el principal índice del mercado accionario seguirá creciendo como resultado de nuevas y mayores expectativas positivas sobre las empresas que cotizan en bolsa (que, por cierto, siguen siendo pocas) una vez que se aprobaron las reformas.

 

Es decir, si “la diferenciación México” seguirá vigente para los capitales extranjeros y nacionales.

 

Creo que las respuestas están relacionadas con dos factores principales: Con la mayor o menor volatilidad de los mercados financieros internacionales, un asunto asociado al destino de la política acomodaticia de la Reserva Federal; y con la segunda etapa de las reformas que tiene que ver con licitaciones, contratos y regulación de mercados, en sectores como telecomunicaciones y energía.

 

Ya en julio pasado los capitales extranjeros se tomaron un respiro y sacaron del mercado accionario local poco más de mil millones de dólares, después de las ganancias que obtuvieron en los meses anteriores, haciendo ver que esperan una nueva oleada de buenos rendimientos en los activos mexicanos, siempre y cuando se generen oportunidades efectivas con la reactivación del mercado interno y con la asignación de los grandes proyectos derivados de las reformas.

 

Pero no se puede olvidar que el mercado accionario del país es limitado, por el puñado de empresas que cotiza y por la poca diversificación económica de estas emisoras; un tamaño que limita y frena la dinámica propia del mercado accionario local que hemos visto en los últimos meses.