El Museo de los Grammy presentó ayer la exposición Deep heart: roots, rock & the music of Carlos Vives (Corazón profundo: raíces, rock y música de Carlos Vives), una mirada íntima a la carrera del colombiano, pionero de la integración de los sonidos indígenas y del vallenato en la música popular.

 

“Es algo maravilloso”, concedió el artista en declaraciones a un reducido grupo de medios.

 

“Nunca imaginé algo así. En realidad nunca he esperado nada. Sólo creo de corazón en lo que hago, y esta es la oportunidad de contar mi historia y mostrar la música de mi país”, añadió en este museo de Los Ángeles, Estados Unidos.

 

La galería encierra el traje que Vives lució en su primera telenovela (“Escalona“) y su primer Grammy (de 2001, al mejor álbum tradicional latino, por “Déjame Entrar“).

 

“Ese trabajo generó muchos comentarios sobre el sonido, lo denominaron el movimiento ‘Colombian Pop’ o ‘Tropi Pop’, y atrajo la atención de muchos artistas colombianos de diferentes regiones que hoy trabajan con esos patrones tradicionales mezclados con sonidos modernos”, apuntó Vives, citando a colegas como Juanes o Fonseca.

 

En el Museo también se encuentra su Grammy Latino de 2015 al mejor disco contemporáneo tropical (por El rock de mi pueblo) y objetos que aparecen en el videoclip de La bicicleta.

 

Asimismo, se aprecian las notas y las letras que escribió a mano durante la grabación del disco Corazón profundo, de 2013.

 

“Es un viaje desde mis raíces del folclore hasta la búsqueda de la modernidad. Yo buscaba ser un Elvis local, con comienzos muy humildes, pero siempre quise que mis espectáculos fueran brillantes”, valoró el de Santa Marta.

 

“Estoy satisfecho con mi camino, pero es un camino inagotable. Vienen nuevos sonidos. Me veo trabajando durante muchos años aún”, confesó el cantante de 56 años, que lanzó su primer álbum, Por fuera y por dentro, en 1986.

 

Esta muestra sobre el ganador de dos Grammy y 11 Grammy Latinos permanecerá abierta hasta noviembre del próximo año.