WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, promulgó el martes una ley de gastos por 1.1 billones de dólares que permitirá al gobierno seguir operando durante los próximos nueve meses.

 

La legislación es resultado de una solución negociada bipartidista que hizo enfurecer a liberales y conservadores por igual, pero logró evitar una parálisis gubernamental y postergó los enfrentamientos por la cuestión migratoria hasta el año próximo.

 

Sin embargo, la nueva ley sólo financia al Departamento de Seguridad Nacional hasta el 27 de febrero, lo que asegura un nuevo debate en torno a la inmigración.

 

El proyecto de ley fue uno de los últimos actos del Congreso bajo la actual Cámara de Representantes encabezada por los republicanos y el Senado controlado por los demócratas. En enero, los republicanos estarán al frente de ambas cámaras.

 

El proyecto de ley retiene recortes negociados en batallas presupuestales anteriores, y da marcha atrás en algunas normas que regulan a los bancos. Pero sí conserva el gasto para la ley de salud promovida por Obama y financia el combate del gobierno al ébola.