WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy que su Gobierno no procesará judicialmente a los familiares de estadunidenses secuestrados en el extranjero que paguen rescates por su liberación, tras las críticas recibidas por el asesinato de varios rehenes norteamericanos en el último año.

 

“Estas familias ya han sufrido suficiente, y no deberían sentirse nunca ignoradas ni victimizadas por su Gobierno”, dijo Obama en un acto en la Casa Blanca, después de reunirse con familiares de estadunidenses secuestrados.

 

Obama matizó que el Gobierno estadunidense no cambiará su política de no pagar rescates a las organizaciones que mantengan cautivos a estadunidenses, pese a las quejas de algunos familiares.

 

“Hacer eso supone arriesgarse a poner en peligro a más estadunidenses y financiar el mismo terrorismo que estamos tratando de parar”, afirmó el mandatario.

 

Los cambios en la política del Gobierno respecto al secuestro de nacionales en el extranjero resultan de una revisión ordenada por Obama el año pasado, tras los casos de rehenes estadunidenses que fueron decapitados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

 

Obama emitió hoy una orden ejecutiva y una nueva directiva política en la que explica los cambios, que buscan una mayor comunicación con las familias de los secuestrados a lo largo del proceso para lograr su liberación.

 

Algunas familias se han quejado de haber recibido amenazas por parte del Gobierno de ser procesadas judicialmente si intentaban pagar un rescate, y hoy Obama aseguró que eso no se repetirá.

 

“Lo último que deberíamos hacer jamás es profundizar el dolor de una familia con amenazas como esas”, afirmó el presidente, y subrayó que, hasta ahora, ningún estadunidense ha sido nunca procesado por pagar un rescate a una organización para liberar a un ser querido.

 

Obama añadió que la política oficial “no impide la comunicación con los secuestradores de rehenes por parte del Gobierno, las familias o terceras partes”, y que “cuando sea apropiado”, la Administración estadunidense “puede asistir a las familias” en esos esfuerzos para “asegurar la seguridad” de sus familiares.

 

Los cambios contemplan también la creación de un centro de coordinación, con representantes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y los departamentos de Justicia, Estado y Defensa, para asegurar que las familias de los secuestrados reciben apoyo y asesoría adecuada.

 

El mandatario explicó que desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, “más de 80 estadunidenses han sido secuestrados por grupos asesinos dedicados al terrorismo o la privacidad”, y de ellos, “más de la mitad” han regresado a EU, pero “trágicamente, muchos otros no lo han hecho”.

 

Desde el pasado verano, cuatro estadunidenses han sido asesinados por el EI: los periodistas James Foley y Steven Sotloff y los trabajadores humanitarios Peter Kassig y Kayla Mueller.

 

Los familiares de varios de esos estadunidenses han calificado de incoherente e incluso contradictoria la asistencia que les aportaron las autoridades durante el secuestro.

 

“He expresado (a estos familiares) en privado lo que quiero decir públicamente: que es cierto que ha habido veces en las que nuestro Gobierno, a pesar de sus buenas intenciones, les ha decepcionado. Les he prometido que podemos hacerlo mejor”, indicó Obama.