Álvaro Augusto Pérez viene de una cepa de abogados; sus tíos lo fueron, de ahí que en el último año de la preparatoria definiera su vocación, la cual también es practicada por uno de sus hijos. Su gusto por dirimir controversias lo llevó a la administración pública, función que ahora cumple como magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.

¿Cuál es su perspectiva sobre la aplicación de justicia en la Ciudad de México?

El reto más importante es la democratización de la justicia. ¿A qué me refiero? A hacer una justicia cercana que permita que el ciudadano tenga un acceso directo a ella, donde se aplica de manera puntual el derecho y se respeta de manera cabal los derechos humanos, para generar confianza en quienes acuden a pedir justicia. Ésa es la razón de ser de los tribunales de cualquier tipo, no sólo en la Ciudad de México.

 

¿En qué nivel hemos cumplido con esta democratización?

La justicia nunca es suficiente, siempre va a exigirse y se requerirá más y, con toda razón; no podemos hablar de un proceso acabado. La justicia va avanzando, va cambiando, porque los tiempos cambian, no son los mismos problemas los que tenemos el día de hoy a los que teníamos el siglo pasado. El día de hoy tenemos el problema del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, el tema de que está en implementación; se está hablando ya de ajustes.

 

Se ha comentado que el Sistema Penal es perfectible, para el Tribunal ¿en qué sentido se puede mejorar?, ¿está de acuerdo en lo que se ha manifestado, en los errores que tiene su aplicación?

El sistema es un todo integrado por partes. Desde el principio dije, ‘aquí no se trata de echar culpas, aquí el sistema debe funcionar si sus partes funcionan’. El ciudadano no tiene por qué pagar las consecuencias de las fallas del sistema, por eso requiere ajustes. ¿En dónde se tienen que hacer los ajustes? Eso se tiene que analizar.

 

En el momento en el que no funciona alguna de las partes, lo que sucede es que el sistema no funcionará como está diseñado y sobre todo, no pensar que el Nuevo Sistema pueda generar un problema de justicia, lo que pretende es hacer vigente la justicia. Tal es así que parte y privilegia la presunción de inocencia, los derechos humanos, pero sin olvidar que derechos los tiene el inculpado y la víctima, y es ahí donde debemos ser muy cuidadosos.

 

Se habla de que cuatro mil presos podrían salir por la decisión de la Corte, ¿es real esta cantidad?

Eso se tendrá que ir analizando conforme se presenten las solicitudes. El tribunal tendrá en su oportunidad que analizar ese aspecto de si hay o no la posibilidad de salir. Yo sería prudente en  esa situación, porque hay que recordar que la SCJN es la institución encargada de dar la interpretación de las leyes y sí lo hace, la determinación de la Corte es para cumplirse y el Tribunal de la Ciudad de México es una institución que siempre cumple con las determinaciones del Máximo Tribunal.

 

¿Han ubicado puntos clave en los que se deba trabajar más?

Se debe trabajar mucho en los distintos operadores del sistema, deben capacitarse de manera adecuada a todo. En el tribunal no somos ajenos a esta situación.

 

¿El tribunal ya cumplió su parte?

El tribunal sigue cumpliendo porque, le reitero, los procesos humanos van avanzando, son sujetos en su caso de ajustes. Nadie puede decir “ya cumplí mi tarea“, estamos cumpliendo conforme a los retos.

 

Su antecesor en el cargo, Édgar Elías Azar, señalaba que su tarea pendiente era lograr la autonomía del TSJCDMX, ¿comparte esto objetivo?

Desde que tengo la oportunidad de servir en este tribunal, lo dije de manera muy clara: voy a luchar por  la independencia y la autonomía del poder judicial. Tal es así que cuando se presentó la controversia constitucional por parte de este tribunal, yo encabecé la comisión encargada de este tema.

 

¿Qué beneficios tendría, para la ciudadanía, esta autonomía?

El beneficio es la garantía que tienen quienes acuden a depositar su confianza en el Tribunal: van a tener siempre una resolución imparcial, porque al tener un tribunal independiente y contar con jueces independientes, el ciudadano tiene garantizado su derecho a un juicio justo, imparcial, en respeto a sus derechos humanos.

 

caem