Nueva York, 25 ene (EFE).- El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, advirtió hoy que acudirá “inmediatamente” a la Justicia si la Administración de Donald Trump decide poner en marcha la orden ejecutiva para cortar fondos federales a las “ciudades santuario”.

 

“Defenderemos a nuestra gente no importa de dónde vengan ni su estatus legal”, afirmó De Blasio en una comparecencia ante los periodistas, horas después de que Trump firmara una orden ejecutiva.

 

Esta orden “no cambia lo que somos, una ciudad de inmigrantes”, afirmó el alcalde de la mayor ciudad de Estados Unidos, mientras en distintos puntos de Nueva York centenares de vecinos se manifestaban en las calles en apoyo a los inmigrantes.

 

La orden firmada por Trump pretende perjudicar a ciudades como Nueva York, Chicago o Los Ángeles, que se han comprometido a proteger a los inmigrantes indocumentados de las amenazas de que puedan ser deportados por nuevas decisiones presidenciales.

 

De Blasio aseguró que esa orden ejecutiva que niega los fondos federales a estas ciudades pone en riesgo las relaciones entre la Policía y las comunidades.

 

Entre las agencias impactadas negativamente con la orden ejecutiva está el Departamento de la Policía, que entre esos fondos federales recibe dinero para su unidad contra el terrorismo.

 

De Blasio señaló que eliminar esos fondos es una “acción injusta” que pone en riesgo la seguridad.

 

La ciudad también recibe fondos para un programa de vivienda que beneficia a neoyorquinos de escasos recursos económicos, así como para servicios de protección a niños y para el Departamento de Salud.

 

De Blasio aseguró además que esa orden ejecutiva enfrentará resistencia en todo el país, y reiteró que esta ciudad continuará defendiendo a inmigrantes.

 

“Nueva York ha sido un lugar inclusivo desde antes de que el Presidente firmara su orden ejecutiva y lo seguirá siendo. Una orden no puede cambiar lo que somos, una ciudad de inmigrantes y de oportunidades”, sostuvo el alcalde.

 

En 2003 el Concejo aprobó una resolución declarando a Nueva York como “ciudad santuario”, lo que implica que no comparte información confidencial de inmigrantes con agencias federales a menos que haya una orden de un juez, y ofrece diversos servicios a esta comunidad, entre ellos asistencia legal.

 

“No deportaremos a neoyorquinos respetuosos de las leyes, no separaremos familias, no dejaremos niños sin sus padres, no dejaremos a las familias sin su sostén económico”, dijo enfático De Blasio.

 

Por su parte, el jefe de la Policía, James O’Neill, aseguró que continuarán trabajando como hasta ahora con las agencias federales para mantener a Nueva York como una ciudad segura y reducir la criminalidad, pero advirtió que no se pondrá en riesgo la confianza de las comunidades en los cuerpos de seguridad.

 

Después de que se conocieran las medidas de Trump, centenares de neoyorquinos se lanzaron a las calles para expresar su rechazo a las políticas de Trump con concentraciones en Queens, Brooklyn y en el bajo Manhattan.

 

Una de las principales organizaciones de defensa de inmigrantes, Se Hace Camino Nueva York, también dejó escuchar su voz para rechazar “la xenofobia de Trump y sus esfuerzos por denigrar a familias inmigrantes”.

 

“Tenemos un mensaje para el Presidente: estamos aquí para quedarnos y nos mantendremos firmes en nuestro esfuerzo para mantener las familias juntas”, afirmó Javier Valdez, copresidente de la organización comunitaria.