NUEVA YORK. La prometida del médico Craig Spencer, primer paciente con ébola en la ciudad más poblada de Estados Unidos, y dos amigos más están en observación en cuarentena aunque no han mostrado síntomas, tras confirmarse que éste se contagió con el virus en Guinea, de donde recién llegó tras prestar atención a pacientes con esta enfermedad al colaborar en una campaña de Médicos Sin Fronteras, informó la encargada de Salud de Nueva York, Mary Bassett.

 

Los investigadores médicos de Nueva York rastrean los contactos que Spencer tuvo, para identificar si alguno pudiera correr peligro.

 

El médico, que se convirtió en el primer paciente con ébola en Nueva York, recibió elogios por buscar asistencia inmediata después de mostrar los primeros síntomas, mientras que gobernantes y funcionarios de salud destacaron que la ciudad no tiene que temer a frecuentar sitios del amplio recorrido que el galeno realizó antes del inicio de su enfermedad.

 

Mínima posibilidad de contagio

 

El alcalde, Bill de Blasio, y el gobernador, Andrew Cuomo, aclararon que los habitantes de la urbe no tienen razón para estar alarmados por el diagnóstico, incluso después de explicar que había tomado el metro, un taxi y acudido a una boliche después de volver a Nueva York procedente de Guinea hace una semana.

 

“Queremos afirmar que los neoyorquinos no tienen razón para alarmarse“, dijo. “Los neoyorquinos no han estado expuestos (al virus) y no corren ningún peligro”.

 

Los responsables sanitarios señalan que las posibilidades de que un residente en la ciudad se contagie de ébola, que se transmite a través del contacto directo con los fluidos corporales de una persona infectada, son escasas. Nadie puede contraer la enfermedad solo por estar junto a un paciente con ébola y nadie empieza a ser contagioso hasta que presenta los primeros síntomas.

 

Bassett dijo que la posibilidad de que los pasajeros que compartieron el viaje en metro con Spencer estén en riesgo es “casi nula”.

 

Con todo, el boliche al que asistió en Brooklyn fue cerrado por precaución y su departamento en Harlem fue acordonado. Personal del Departamento de Salud se colocó frente al edificio la noche del jueves para dar información a residentes del área.

 

Alerta entre neoyorquinos

 

Aun así, la noticia inquietó a algunos neoyorquinos. “¡Oh Dios mío!”, murmuró Charles Kerr, de 60 años, mientras sus amigos se reunían en una vereda en Harlem.

 

“Esto cambia la situación. Este chico debió estar tosiendo, sentado junto a la gente. Ahora te da que pensar”.

 

Otros vecinos expresaron su preocupación por el estado de salud del médico. “Lo siento. Solo espero que puedan cortar esto de raíz y encontrar una cura porque es terrible”, señaló Joyce Harrison.

 

Juan Sánchez dijo que no estaba preocupado por él sino porque se extiende la enfermedad. “La primera vez que lo vi (a Spencer) fue por televisión. No lo había visto por aquí”.

 

Otro vecino, José Gómez, dijo que los fieles de su iglesia cercana, Encuentro con Dios, estaban rezando por el ébola como problema mundial. Añadió que personalmente no se sentía vulnerable.

 

“Creo que Dios protegerá a esta comunidad. Pero para otras personas, psicológicamente, supondrá un gran problema”, apuntó.

 

Apego a los protocolos

 

De Blasio explicó que todos los funcionarios municipales siguieron protocolos “claros y estrictos” en la forma como manejaron el caso.

 

El médico, Craig Spencer, miembro de Médicos Sn Fronteras, reportó que el jueves por la mañana presentó fiebre de 39.44 grados Celsius (103 Fahrenheit) y diarrea.

 

Es atendido en una sección aislada del Hospital Bellevue de Manhattan, un centro designado para el tratamiento del ébola, luego de que resultara positivo al virus en primeras pruebas.

 

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), le hará otra prueba para confirmar el resultado inicial, por lo que enviaron a Nueva York un equipo de respuesta rápida.

 

El presidente Barack Obama habló con Cuomo y De Blasio y ofreció apoyo del gobierno federal. Les pidió que estuviesen en estrecho contacto con Ron Klain, el máximo responsable nacional para la lucha contra el ébola, y con funcionarios de salud pública en Washington.

 

La epidemia de ébola en África occidental ha matado a unas cuatro mil 800 personas. En Estados Unidos, la primera persona diagnosticada con la enfermedad fue un liberiano que presentó síntomas días después de llegar de visita a Dallas y falleció posteriormente, hasta ahora la única víctima mortal de la enfermedad en suelo estadounidense.

 

Dos enfermeras que lo atendieron se infectaron y están hospitalizadas. La familia de una de ellas dijo que, desde el martes por la tarde, los médicos ya no podían detectar restos de la enfermedad en su cuerpo.

 

El recorrido de Spencer

 

Según un calendario de actividades aproximado proporcionado por funcionarios de Nueva York, días antes de caer enfermo, Spencer salió a correr 3 millas, estuvo en el parque High Line, se subió al metro y, el miércoles por la noche, tomó un taxi para ir a un boliche en Brooklyn.

 

El martes se sintió cansado, y empeoró el jueves cuando él y su prometida llamaron a las autoridades para explicar sus síntomas y viajes.

 

Técnicos de emergencias médicas totalmente equipados con trajes de protección contra el ébola se lo llevaron a Bellevue en una ambulancia rodeada de coches patrulla de la policía.

 

La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo que a la vuelta de las campañas de asistencia por ébola, aconseja a sus miembros revisar su salud regularmente e informa de su desarrollo “de inmediato”. Quienes viajan desde Guinea, Liberia y Sierra Leona deben reportar su estado a funcionarios de salud a diario y tomarse la temperatura dos veces al día, como hizo Spencer.

 

Spencer, de 33 años, trabaja en el Hospital Presbiteriano de Nueva York adscrito a la Universidad de Columbia. El médico no había visto a ningún paciente ni había estado en el hospital desde su regreso de África.

 

En los últimos meses, cuatro trabajadores sanitarios estadounidenses, incluyendo tres médicos, se infectaron de ébola mientras trabajaban en África y fueron repatriados a Estados Unidos para su tratamiento. Todos se recuperaron.  NS | DM