El régimen de Pyongyang insistió en mantener su desafío a la comunidad internacional disparando de nuevo un misil balístico hacia el Mar de Japón, tras dos meses y medio sin realizar un solo lanzamiento.

 

Según el Pentágono, se trata de un misil balístico intercontinental (ICBM), por lo que sería el tercero de este tipo que dispara después de los dos que lanzó en julio.

 

El ejército surcoreano detectó que Corea del Norte realizó el lanzamiento en torno a las 03.17 hora local surcoreana y alcanzó una altitud de 4 mil 500 kilómetros, lo que supondría la máxima altura alcanzada hasta la fecha por un misil norcoreano e indicaría un nuevo y peligroso avance para el programa de armas del régimen.

 

Seúl respondió a la acción de Pyongyang realizando un ensayo con misiles cerca de la frontera marítima oriental con Corea del Norte, apenas cinco minutos después de detectar el ejercicio.

 

Los constantes ensayos nucleares realizados por el país liderado por Kim Jong-un han llevado tanto a las Naciones Unidas como a Estados Unidos a adoptar una serie de sanciones económicas.

 

Pyongyang lanzó el misil una semana después de que el gobierno estadounidense colocara a Corea del Norte en una lista de países que según Washington respaldan el terrorismo y el Departamento del Tesoro impusiera sanciones contra 13 entidades encargadas del transporte marítimo y terrestre en Corea del Norte.

 

“Nos encargaremos de ello (…) Es un situación que manejaremos”, se limitó a decir el Presidente de EU, Donald Trump, en unas breves declaraciones desde la Casa Blanca, mientras que el secretario de Estado, Rex Tillerson, optó por la moderación asegurando que “las opciones diplomáticas siguen siendo viables”

 

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, condenó la prueba y afirmó que Tokio aplicará la máxima presión al régimen de Pyongyang en cooperación con la comunidad internacional.

 

Tras el lanzamiento, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una reunión urgente para hoy mismo, a solicitud de Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, este último solicitará más sanciones, según anunció la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

 

La acción del régimen de Pyongyang echa por tierra de momento la esperanza de que pudiera retornar a la mesa de diálogo para su desnuclearización.

 

El de ayer es el vigésimo ensayo de misiles que realiza Pyongyang en lo que va de 2017.

 

Tras el lanzamiento norcoreano de septiembre, Trump amenazó durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU con “destruir totalmente” a Corea del Norte si continuaba con sus provocaciones.

 

En respuesta, Kim Jong-un arremetió contra el magnate y le llamó “viejo chocho”, mientras que desde el Gobierno de Pyongyang se sugirió que el régimen podría detonar una bomba nuclear en el océano Pacífico.

 

Aunque suavizó el tono, Trump mantuvo un discurso duro durante su reciente gira por Asia, al tiempo que el ejército estadounidense ha realizado varias maniobras en la región desplegando importantes activos estratégicos.

 

Las continuas pruebas de armas del régimen de Kim, entre las que se incluyen un ensayo nuclear el pasado 3 de septiembre, unidas a la respuestas beligerantes por parte de Trump, han incrementado la tensión en la zona a niveles no vistos desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953).

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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