En su despacho de Palacio Nacional, en mangas de camisa, el doctor en Economía responde con rapidez a las preguntas, casi atropellándose, con la seguridad del experto en políticas económicas. Hace pausas y mira de reojo a su vocera que le acompaña cuando responde sobre las controvertidas deudas estatales, la credibilidad de la política cambiaria o el nulo avance en materia pensionaria en Pemex cuando ocupó la cartera de Energía; “no se pudo”, dice al respecto. No tiene duda que los bancos deben colocar sus acciones en bolsa y cree que Europa camina hacia un acuerdo para salir de la crisis. “Hay riesgos”, dice, pero es optimista sobre el desempeño futuro de la economía mexicana.

 

¿Cuál es el balance de riesgos en Europa después de la baja de nota de las calificadoras a la deuda de varios países europeos?

 

Cambia a diario y se debe a la coyuntura, pero en términos generales las piezas necesarias para armar el rompecabezas europeo se empiezan a ver con claridad. La situación europea pasa por que los países que enfrentan dificultades para enviar señales de que sus finanzas públicas son sostenibles están haciendo esfuerzos de consolidación importantes como es el caso de Italia, España, Portugal e Irlanda. Parte de la solución, en el caso de Grecia, pasa por un involucramiento importante del sector privado, de sus acreedores y de la reestructura de sus deudas, y ese proceso también se está dando. Pasa porque el Banco Central Europeo ofrezca mejores apoyos en materia de liquidez y eso también está sucediendo. Pasa por una instancia que provea de liquidez tanto a bancos como a países, y está en proceso de construirse el Foro de Estabilidad Europea. Pasa por un mejor arreglo fiscal en el mediano y largo plazos y también se están haciendo avances importantes. Sigue siendo necesario que todos estos avances se articulen con mayor congruencia y se comuniquen de mejor forma, pero hay elementos para que esto se encause. Hay un reto de crecimiento que de alivio en el mediano plazo a las dificultades que hoy se enfrentan. Naturalmente hay riesgos de que todos estos procesos se vuelvan a descomponer, pero si bien la dificultad es alta, hay muchos elementos que apuntan a una solución -aún cuando tome tiempo instrumentar- que genere confianza.

 

Sin embargo parece que los mercados no tienen la paciencia de los políticos ni de los economistas.

 

Es razonable, nunca habíamos enfrentando una crisis regional que requiere de un consenso como ahora lo requiere el europeo que implica un proceso parlamentario tan difícil.

 

¿Debemos preocuparnos en Mexico por la crisis europea?

 

Hay dos niveles para esa respuesta. Desde el punto de vista de un canal de contagio real, la relación entre Mexico y Europa es pequeña. Entonces, si bien para Mexico un entorno dinámico en el resto del mundo ayuda, nuestra exposición a Europa es pequeña.

Desde el punto de vista de la volatilidad que Europa genera se abre la posibilidad de un contagio directo que sí nos debe de mantener alerta. No parece que tuviera un impacto relevante en la economía mexicana excepto porque contribuye a generar un entorno de incertidumbre económica. En la medida que el entorno de volatilidad persista, México y el resto del mundo serán afectados.

 

La importante presencia de la banca europea en México ¿es un canal potencial de contagio para la estabilidad del sistema financiero?

 

No se percibe hoy. El modelo de participación de la banca europea y de la banca española en Mexico es a través de subsidiarias, jurídicamente hablando son entes constituidos bajo las normas mexicanas con un capital que es independiente del capital de su matriz. No tienen vehículos sencillos incluso para movilizar capital de la subsidiaria a la matriz y hay regulación que busca evitar que eso se de.

 

Lo que hoy vemos en México es una participación activa de esos bancos en el mercado de crédito, están creciendo a doble digito, su capital se ve bien, entonces hoy el sistema financiero mexicano sí esta aislado de la problemática que enfrentan las matrices fuera.

 

El Banco de México ha manifestado preocupación por esta situación, ¿la comparte?

 

Estamos atentos y alertas y a todos nos gustaría encontrar un mejor entorno internacional. Lo cierto es que la economía mexicana en medio de este entorno internacional tan complejo está teniendo un desempeño adecuado, capaz de acceder a los mercados de crédito en muy buenas condiciones, de crecer en lo externo y en lo interno están creciendo varios de sus sectores.

 

En ese sentido la CNBV ha manifestado su intención de que los bancos coloquen acciones en el mercado local de capitales.

 

Este proceso que ha comentado la Comisión es útil, ayuda; es parte de los acuerdos que se han tomado en el resto del mundo y es un proceso de implementación en el que vamos a seguir trabajando.

 

¿Cuál es el mecanismo concreto para que los bancos lo hagan?

 

Están en un proceso de definición por parte de la Comisión, pero todavía no está definido el proceso. Es un tema que la Comisión esta trabajando en coordinación con el Banco de Mexico y con la Secretaria, en consonancia con la implementación de Basilea III.

 

¿Existe determinación del Gobierno Federal para que los bancos en general coloquen sus acciones en Bolsa?

 

Y que se implemente de manera adecuada Basilea III. Es un mecanismo sano, seguimos en ese diálogo, seguimos en la construcción de normas, seguimos discutiendo calendarios y alternativas; pero en principio sí pensamos que es un desarrollo correcto y adecuado.

 

Los banqueros dicen que esto los pone en desventaja frente a otros sistemas bancarios en el mundo.

 

Habrá que seguir revisando y dialogando, pero no es un tema inusual, no que deba implicar desventaja para nadie. Al revés hoy el sistema financiero mexicano es parte importante de la solución, de las razones por las que estamos creciendo y trabajaremos de manera coordinada para que tengamos los mejores instrumentos de crecimiento hacia delante y los mejores instrumentos de control de calidad de capital y de participación en el mercado.

 

¿Cuál sería una ventaja de esta propuesta?

 

Los tiene desde varios puntos de vista: Permite que la gente en Mexico tenga acceso por la vía del mercado de valores al riesgo bancario, que es un riesgo importante para participar y adquirir, y por otro lado permite que sean varios los participantes quienes estén pendientes y monitoreen la evolución y la calidad de la política crediticia de cada uno de los bancos involucrados.

 

Entre agosto y octubre pasado se vivió una fuerte depreciación del peso frente al dólar a la vez que se siguió acumulando reservas. ¿No existe una contradicción en esto?

 

En nuestra política cambiaria tenemos un compromiso muy claro a favor de que el mercado funcione, en el sentido de que sea líquido, profundo, que no se perciban distorsiones ni manipulaciones. Es en esa lógica que se envió la señal, a finales del año pasado, que si veíamos movimientos del tiempo de cambio de más de 2% de un día para otro, para asegurar que eso no tuviera que ver con una falta de liquidez, estaríamos en la disposición de proveerlo. Esto se entendió como una defensa de la integridad del mercado.

 

Por otro lado hemos insistido en que al final lo que va determinar el tipo de cambio son los fundamentales de la economía mexicana que son adecuados. De manera adicional el proceso de acumulación de reservas, que debe ser un mecanismo que contribuya a dar certeza, es la forma como el Banco ha escogido administrar la entrada de dólares sobre todo vinculados al precio del petróleo. Eso le da al mercado transparencia. Pero insisto, nuestro compromiso es con un mercado que funcione, profundo, que tenga liquidez y por otro lado es con la economía cuyo fundamentales sean sólidos.

 

Las medidas se adoptaron en noviembre cuando ya había ocurrido una devaluación importante del peso. ¿No se ha pensado en utilizar los dólares del petróleo para mitigar estas fluctuaciones cambiarias?

 

Ése es uno de los elementos adicionales que genera confianza. Tenemos prácticamente el triple de acceso a liquidez que teníamos en 2008 pero estamos comprometidos con una política de libre flotación, con una política de intervención con reglas claras y en ese sentido modificarla a favor de comprar o vender no sería congruente con esta idea que nos ha funcionando bien en épocas de volatilidad. Pensamos además que es una buena práctica que debieran seguir algunos otros países que tienen una vocación mucho más intervencionista. Estamos contentos que el mercado local esté funcionando y que los fundamentales empiecen a ser los que determinen los niveles del tipo.

 

¿Cuál es la política para las reservas internacionales?

 

Es un tema a revisar periódicamente pero hoy sentimos que la suma de la acumulación de reservas y la línea de crédito flexible ofrece una buena cobertura en un contexto de incertidumbre. En la medida que vaya cambiando el contexto en cualquier sentido habría que ponderar si seguimos en el camino que vamos, pero hoy la incertidumbre es muy parecida a la que vimos en meses anteriores y por lo tanto la prudencia de mantener el rumbo parece razonable.

 

¿Qué dice a las críticas sobre la mayor dependencia fiscal de los ingresos petroleros?

 

Es cierto que tenemos mejores ingresos petroleros porque somos un país exportador y el precio del petróleo ha mejorado, pero también es cierto que nuestros ingresos tributarios han venido aumentando de manera importante, de suerte tal que al final de la administración los ingresos tributarios que observemos tendrán un incremento histórico.

 

Uno de los problemas que enfrenta PEMEX son sus pasivos laborales cuestión que no se abordó en la última negociación con el sindicato.

 

Uno de los temas en los que más se avanzó en esta administración fue en las reformas pensionarias. La más importante, quizá, sea la que se hizo en el ISSSTE que implicó, desde el punto de vista de solvencia, un cambio cualitativo importante. Además nos dimos a la tarea de modernizar los sistemas pensionarios de los principales entes públicos: se corrigió el IMSS y CFE. En el caso de PEMEX esa tendencia tendrá que darse también. PEMEX sí requiere un régimen pensionario más moderno y sostenible y es una asignatura que se tiene que enfrentar.

 

No se hizo en este sexenio o no se pudo…

 

No se pudo. Creo que el balance del sexenio en materia pensionaria es espectacular. Ojalá se pudiera en esta administración adelantar con la de PEMEX, sería un paso muy relevante hacia delante.

 

¿No siente que se perdió la oportunidad de hacerlo?

 

Se tendrá que hacer eventualmente. PEMEX no podrá abstraerse de lo que ya se hizo en los demás entes públicos.

 

Existe poca claridad sobre el monto real de las deudas estatales

 

Hay diferentes mecanismos que tienen las entidades federativas para acceder a deuda o para financiar su gasto. Algunos requieren de diferentes tipos de garantías, los estados garantizan con participaciones y se registran en la Secretaria; ésa es la cifra que conocemos mejor. En términos generales la deuda de los estados como porcentaje del PIB no implica ningún riesgo sistémico, es una deuda que no es muy elevada. Ahora dentro de ese promedio hay mucha heterogeneidad, hay unos estados que están más endeudados que otros, nosotros no hemos detectado hasta ahora ninguna otra entidad distinta a la que ya todo mundo conoce, que haya asumido deuda diciendo que estaba dando participaciones sin que las estuviera dando. Es un tema que debemos seguir cuidando hacia delante, una situación que no debiera volverse a repetir.

 

¿Está satisfecho con la transparencia en los procesos de deuda estatal?

 

Los hemos mejorado mucho, estamos haciendo las modificaciones para asegurar que en aquellos casos donde la deuda esté garantizada con participaciones el proceso mejore. Estamos trabajando de cerca con la CNBV y revisando la forma en la que se califica y se crean reservas. Frente a eso estamos tranquilos porque tenemos un buen andamiaje normativo. Una evaluación más puntual sobre características de los procesos de contratación, de la deuda no garantizada, de la administración puntual de las entidades, no tenemos suficiente información para pronunciarnos.

 

¿Hay algún caso que le preocupe en particular?

 

Nos preocupó lo que sucedió y se presentaron en su oportunidad las denuncias.

 

La deuda estatal es altamente sensible…

 

La que nos toca a nosotros en términos de ponderar si implica un riesgo sistémico a nuestro sistema financiero, al día de hoy no lo implica. Si está bien contratada, bien utilizada, bien administrada, bien transparentada, si se están rindiendo o no cuentas, ése es un tema que nosotros no estamos evaluando, tiene dimensiones locales.

 

¿Qué les dice a los políticos que están compitiendo por la Presidencia de la Republica?

 

Que hemos construido con gran esfuerzo un legado de estabilidad que nos permite una buena plataforma de crecimiento. Que quedan pendientes por hacer pero que el legado que tenemos de finanzas públicas sanas con políticas responsables nos permite acceder a mercados, que la inflación sea baja, que se dé inversión y que se genere empleo; es un valor que debe consolidarse casi como un principio y que debe evitar politizarse.