Aunque los ataques de Donald Trump se han enfocado en General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler (FCA), éstos no son los mayores productores de vehículos en México; ese puesto lo ocupa el fabricante japonés Nissan.

 
La armadora cuenta con tres plantas de montaje en México: una en Cuernavaca, donde se producen furgonetas como la NV200 y los autos Versa y Tsuru, y dos en Aguascalientes, dedicadas a la producción de los modelos Versa, Sentra, March, Note y Kicks.
En total, el fabricante japonés produce más de 800 mil vehículos al año en México, de los cuales poco menos de la mitad va a Estados Unidos.

 
En 2016, Nissan vendió en Estados Unidos algo más de 1.5 millones de unidades de las marcas Nissan e Infiniti por lo que casi una tercera parte de los vehículos vendidos fueron importados de México.

 
Además, Nissan y la alemana Daimler han firmado un acuerdo para producir hasta 300 mil vehículos de las marcas Infiniti y Mercedes-Benz en Aguascalientes, todos ellos para su exportación a Estados Unidos, a partir de este año.

 
De momento la respuesta de Nissan a la amenaza de un arancel aduanero a los vehículos exportados desde México a Estados Unidos ha venido directamente de su presidente, Carlos Ghosn.

 
El pasado 20 de enero, en la ciudad suiza de Davos, el directivo declaró que Nissan, como el resto del sector, se “adaptará” a las normas que imponga Trump.

 
La empresa ha destacado en los últimos días que tiene más de 22 mil empleados en Estados Unidos y que en 2016 produjo 1 millón de vehículos, la primera vez en su historia que llega a esa cifra, en las plantas que tiene en ese país.