WASHINGTON. Un niño de 11 años del condado de San Luis, cerca de Ferguson (Misuri, EU) disparó mortalmente contra otro menor de 16 años cuando éste supuestamente trataba de irrumpir en la casa, en la que estaba cuidando a su hermana de 4 años de edad, informaron hoy medios locales.

 

El suceso tuvo lugar el jueves por la tarde, cuando el joven de 16 años acompañado por otro individuo supuestamente trató de allanar en repetidas ocasiones la casa del niño de 11 años, que tomó un arma y le disparó en la cabeza cuando la víctima se acercaba por la parte frontal de la casa familiar, según fuentes policiales.

 

Sin embargo, varios testigos en entrevistas con televisiones locales y el diario local St. Louis Post-Dispatch afirmaron que el chico de 16 años no llegó a entrar en la casa y que los dos menores estaban discutiendo en el porche delantero de la vivienda cuando el niño de 11 años sacó la pistola y disparó contra el mayor.

 

El sujeto que acompañaba al joven de 16 años ha sido identificado por la policía como un hombre de 22 años y fue detenido poco después del incidente acusado de haber tratado de perpetrar un robo, indicaron fuentes policiales.

 

Aparentemente, la madre de los niños de 11 y 4 años que estaban solos en la casa había comprado el arma para protegerse.

 

Actualmente, la Policía interroga al pequeño de 11 años para esclarecer los detalles del fatal suceso y la madre del pequeño, que no estaba presente en el momento del incidente, está colaborando activamente con las autoridades.

 

Este es solo el último capítulo de la violencia producida por las armas, cuyo debate para controlarlas alcanzó su punto álgido en 2012 a raíz del asesinato de doce personas en un cine de Aurora (Colorado) y la matanza ocurrida en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.

 

A pesar de las matanzas, según datos de la consultora Gallup, el número de estadounidenses que apuesta por mayores controles sobre las armas ha descendido dramáticamente en los últimos 24 años, pasando del 79 % de en 1990 al 47 % en 2014.

 

Mientras, el número de armas en posesión de los estadounidenses (319 millones de personas) no ha parado de crecer y, en 2012, los civiles tenían a su disposición 114 millones de pistolas, 110 millones de rifles y 86 millones de escopetas, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso.

 

Con cambios menores moviéndose a nivel estatal, hace dos décadas que el Congreso no aprueba ninguna ley para restringir las armas y el único cambio fue impulsado por Obama con 23 decretos, que firmó ante las víctimas de la matanza de la escuela de Newtown y que podrían ser derogados por el próximo presidente.