ATENAS. En un ambiente de renovada esperanza, miles de griegos celebraron el rotundo “no” a las condiciones de los acreedores que han manifestado en las urnas.

 

Con una pantalla gigante, sillas plegables y un equipo de música, muchos siguieron la jornada desde la calle, no muy lejos del centro de Atenas.

 

Concretamente, en la plaza Kumunduru, donde durante la campaña y las elecciones generales de enero, el partido izquierdista Syriza celebró la victoria.

 

Los rumores hablaban de una posible intervención allí del primer ministro, Alexis Tsipras, de la que todos estaban pendientes.

 

Pero ya antes de que el tanto por ciento escrutado llegara a la mitad, marcharon hasta la simbólica plaza de Syntagma para celebrar juntos la victoria del “no”, en una imagen de confluencia que rompía con el mensaje de que el referéndum ha dividido a la sociedad.

 

De hecho, entre las escenas más repetidas estuvieron los abrazos entre amigos, las parejas besándose y las manos entrelazadas junto al puño en alto.

 

El sentir general era muy parecido al vivido en las elecciones de enero, con estudiantes, turistas y políticos que acudieron solo para vivir este momento, que consideran histórico.

 

Es el caso de Aitor, un valenciano de 33 años, que explicaba cómo de improvisado ha sido su viaje.

 

“Ya estuve con los indignados en 2011, y después volví en las elecciones de enero. Ayer, después de beber un poco, me compré el boleto para volar a Atenas. No podía perdérmelo”, dijo.

 

A su lado, Marius, un griego con poco más de veinte años que habla español a la perfección y que no podía disimular una sonrisa eufórica.

 

“Ni siquiera sé por qué, pero tengo la esperanza de que ahora todo vaya mejor, de que mañana tengamos un acuerdo mejor. De verdad, he recuperado la esperanza”, comentaba con las manos en el pecho.

 

Para él, como para Irini, una mujer cercana a los 60, lo importante es que esta vez les han “dado la voz” para que sean ellos quienes decidan su futuro.

 

“Mañana tendremos un mejor acuerdo. Ahora solo espero que esta vez nos escuchen y algo cambie”, aseguraba Irini.

 

Todos ellos se preguntaban dónde y cuándo comparecería Tsipras, que tras unos minutos apareció en un mensaje televisado para asegurar que “el referéndum de hoy (domingo) no tiene vencedores ni vencidos, sino que es una victoria en sí mismo”.