Aun cuando se esperaba violencia en las manifestaciones de ayer, todo transcurrió en calma porque así se negoció desde la semana pasada, cuando el Gobierno del Distrito Federal acordó con integrantes de diversas organizaciones de maestros disidentes y electricistas que podrían entrar a la plancha del Zócalo, siempre y cuando las manifestaciones fueran pacíficas.

 

El subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, Juan José García, confirmó a 24 HORAS que se acordó que no habría presencia preventiva de la Policía si los manifestantes se comprometían a garantizar la seguridad e integridad de los capitalinos, así como de los inmuebles de los alrededores.

 

“El acuerdo fue muy claro, ¿Cuál es su pretensión? Nos dijeron que ir el Zócalo, bueno, no hay ningún problema, sólo que ustedes nos garanticen que los contingentes van a marchar de manera pacífica y que nos digan ustedes, y confiamos en su palabra, de que no van a poner en riesgo la seguridad de ustedes, ni la de otros ciudadanos del Distrito Federal”, explicó.

 

Las negociaciones estuvieron a cargo del Secretario de Gobierno, Héctor Serrano, el propio subsecretario, el director de Concertación Política, Israel de Rosas, y el director General de Gobierno, Carlos Meneses, quienes sostuvieron “muchas reuniones” para evitar la violencia durante las manifestaciones.

 

En las pláticas participaron Rubén Núñez, secretario general de la Sección 22 de la CNTE en Oaxaca, y Martín Esparza, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

 

Indicó que fue a través de mensajes –mediante llamadas telefónicas y reuniones personales- mediante las cuales se logró pactar con quienes marcharían el domingo. Reconoció que hubo complicaciones para llegar a un acuerdo, debido a que no se podía garantizar un compromiso con alguien que no se identifica y que usa el rostro cubierto, en referencia a los grupos de anarquistas.

 

“Hablamos con colectivos con grupos de distinto tipo que en otras ocasiones y en otras movilizaciones anteriores han apoyado a los anarquistas… el mensaje que mandamos fue muy claro: si no hay violencia no hay razón de que haya policía”, afirmó.

 

Aunque en un principio el gobierno capitalino les prohibió marchar, conforme avanzaron las negociaciones fue cediendo: primero les permitió la concentración en el Ángel de la Independencia y después ir avanzando sobre Paseo de la Reforma, con la condición de que granaderos los encapsularían si había disturbios.

 

Hasta el viernes pasado, la Secretaría de Seguridad Pública del DF mantuvo su postura de no dejar pasar a los manifestantes e indicó que la marcha sería detenida a la altura de la Glorieta de Colón.

 

Juan Melchor Román, integrante de la Comisión Negociadora de la CNTE y miembro de la Sección 18 de Michoacán, explicó a 24 HORAS que en días previos enviaron una carta al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, para solicitarle el ingreso al zócalo, ya que ellos se manifiestan de manera pacífica y no intentaban regresar el campamento al primer cuadro de la ciudad.

 

El sábado en la noche el GDF les respondió que les permitiría pasar hasta el Zócalo para llegar al mitin, refirió Melchor.

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De última hora

 

El subsecretario de Gobierno agregó que minutos antes de que comenzaran las movilizaciones, hubo una reunión con los convocantes en donde se hizo una evaluación para saber el número de integrantes, quiénes los integraban y para confirmar que todos se manifestarían de forma pacífica.

 

En cambio, con aquellos con los que no se pudo tener contacto o no quisieron identificarse –como en el caso de los encapuchados- se acordó que todos los demás grupos se deslindarían.

 

Aunque hubo cierta desconfianza de parte de las autoridades capitalinas porque no sabían con quién hablaban, comentó García Ochoa, lo que sí quedó claro es que el mensaje llegó a los manifestantes y que éstos entendieron la postura del Gobierno del DF: se respeta la libre manifestación, siempre que esta sea pacífica.

 

Policías infiltrados

 

El subsecretario comentó que dentro de las negociaciones también se platicó con la CNTE, integrantes del SME y dirigentes de la Unidad Patriótica Nacional, con quienes también se hizo el compromiso de que se les dejaría marchar con la condicionante de que hubiera elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, pero que estos fueron colocados en lugares estratégicos en caso de que hubiera brotes de violencia.

 

De hecho, en esta ocasión el cuerpo de Graneros no participó en la custodia de la marcha, ni se observaron los característicos camiones en los que son trasportados.

 

En esta seguridad corrió a cargo de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del DF, quienes iban vestidos completamente de negro, con playera o chamarra con distintivos de la PGJDF.

 

El subsecretario del GDF indicó que se tenía información de que había personas que tenían el objetivo de provocar violencia para poner en riesgo la integridad de personas  y para desacreditar la movilización como tal.

 

Incluso, García Ochoa caminó de cerca al bloque de los grupos radicales, para “supervisar” el buen desarrollo de la marcha y que no se saliera de control.

 

Una vez que platicaron con los organizadores y que se acordó una serie de medidas, que de manera conjunta se implementaron acciones concretas para evitar caer en una situación de violencia, se tomó la decisión de que entraran al Zócalo y que se tuviera presencia visible de la policía.

 

Explicó que el operativo también incluyó el resguardo de comercios y establecimientos; sin embargo fueron los propios dueños de los comercios establecidos en el paso de las marchas quienes decidieron tomar sus previsiones para evitar una situación de vulnerabilidad o vandalismo.

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Rechazo a anarquistas

 

Ante el condicionamiento, los integrantes de la Coordinadora rechazaron a los grupos sociales de jóvenes y anarquistas que intentaron meterse en los contingentes. En reuniones previas, los organismos sindicales acordaron mantener un orden en la marcha para evitar infiltrados que provocaran a la policía.

 

Si bien, los contingentes de los sindicatos y los de los anarquistas partieron del Ángel de la Independencia, los maestros organizaron los grupos de manera que los jóvenes quedarán hasta atrás del contingente.

 

En la vanguardia iban Núñez y Esparza, acompañados de los dirigentes magisteriales de Veracruz y Michoacán, además del dirigente de los tranviarios y el ex secretario del Trabajo del DF, Benito Mirón.

 

Sin embargo, al llegar a la glorieta de la Palma, los integrantes del Partido Comunista y anarquistas quisieron integrarse en el contingente de la Sección 22 de Oaxaca, por lo que se suspendió la marcha hasta que lograron replegarlos.

 

Esta medida ya se había tomado en las marchas del 1 de mayo y del 2 de octubre pasados, cuando los docentes prefirieron detener la marcha o cambiar la ruta, para evitar que los relacionaran con los jóvenes encapuchados que sí se enfrentaron a los granaderos.

 

“Estamos satisfechos, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y el procurador, Rodolfo Ríos Garza, diseñaron el operativo, los agentes vistieron el mismo uniforme (de negro) y con sus identificaciones al frente, para en caso de haber detenciones SE pudiera identificar al servidor público de manera inmediata”

Juan José García Ochoa

subsecretario del GDF

 

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