El tiempo se agota para la negociación histórica entre Pemex y el sindicato petrolero. En la mesa está el contrato colectivo que incluye a más de 150 mil trabajadores, pero también la reducción de un pasivo laboral que ya equivale a 8% del PIB nacional, en un momento crítico para las finanzas de la empresa productiva del Estado.

 

Las discusiones del nuevo Contrato Colectivo de Trabajo que regirá a los empleados se estancaron, debido a que se propone incrementar la edad de jubilación hasta los 65 años, así como reducir los pasivos laborales de la empresa, es decir, los beneficios económicos que reciben sus trabajadores jubilados.

 

Bajo las condiciones actuales, los pensionados de la petrolera reciben, al menos, 80% del salario que cobraron durante el último año en el que trabajaron, monto que podría reducirse, en caso de que se aprueben las condiciones propuestas por Pemex.

 

La reducción del pasivo, de más de un billón 500 mil millones de pesos, obedece a la necesidad de la empresa por reducir las presiones en la deuda y transferir 42% de esta carga al gobierno federal, lo que representa casi 630 mil millones de pesos.

 

Las negociaciones apuntan a que se deben buscar formas para disminuir el gasto en pensiones, pues la administración financiaría este apartado con deuda.

 

Pemex liberaría recursos para pagar la deuda que contrató para mantener sus proyectos productivos y que se ubica en un máximo histórico de 84 mil millones de dólares. Los inversionistas, en tanto, obtendrían mayores rendimientos por los bonos emitidos por Pemex, que han perdido 1.9% de su valor este año.

 

Sin embargo, el tiempo es, por tercera vez, el enemigo de las negociaciones, pues ambas partes tienen hasta la medianoche del 11 de septiembre para concluir los acuerdos.