Compras boletos con meses de anticipación para ir a un concierto. Te preparas. Repasas la discografía. Investigas el set list. La ansiedad incrementa cuando se acerca el día. Faltas al trabajo. Viajas toda la noche. Usas tus tenis más cómodos, tu chamarra favorita, y te formas tres horas antes para conseguir un buen lugar y sentir el sudor de tu ídolo aquí, en la frente.

 

Estamos acostumbrados a los mega conciertos, con cientos de asistentes, grandes escenarios, luces y parafernalia. Que si bien vale la pena pagar el precio por la experiencia, debemos ahora atrevernos a experimentar lo nano.

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Fotos: Jalil Olmedo | Yaconic

 

La palabra nano nos remite a algo muy pequeño. Los nanoconciertos son presentaciones musicales cortas, dinámicas y directas para un público reducido.

 

lEl circuito de los nanoconciertos en Oaxaca abarca tres sedes diferentes en el centro histórico de la ciudad. Lugares donde no es común que se realicen conciertos: el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), la Biblioteca del IAGO Juárez y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB).

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Fotos: Jalil Olmedo | Yaconic

 

La dinámica es sencilla: tres agrupaciones distintas tocan simultáneamente en tres sedes diferentes. 20 personas escuchan por 20 minutos una presentación selecta e íntima. Al terminar sales y tienes 10 minutos para caminar y llegar al siguiente espacio cultural, donde escuchas otros 20 minutos de música completamente diferente a la anterior. Así, hasta completar el circuito de tres sedes.

 

En total, escuchas tres tipologías diferentes de música en sólo una hora y media. El músico, a su vez, tiene un público distinto tres veces y tú sólo pagas un peso por minuto de música escuchada. El formato de los músicos también es pequeño; es decir: solistas, duetos, tríos, cuartetos. Sin complicaciones técnicas ni logísticas. Esto sin demeritar la calidad de las interpretaciones.

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Fotos: Jalil Olmedo | Yaconic

 

Si eres un “control freak” los nanoconciertos te dan una sacudida de tu zona de confort. No tienes ni idea de qué van a tocar. El boleto advierte el género musical pero desconocemos el repertorio. Apostamos por una experiencia musical divertida y diferente.

 

En esta segunda emisión de los nanoconciertos pude escuchar desde un vals interpretado en salterio por Margie Espinales, el blues clásico y contundente de los Monkey Blues, hasta una reinterpretación realizada por el trío Nunduva Yaa de la composición de Chuy Rasgado, “La vida es un momento”, en la que fusionan jazz con música tradicional oaxaqueña.

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Fotos: Jalil Olmedo | Yaconic

 

Esta es una forma creativa de ofrecer música. Mantienes toda tu atención durante este corto tiempo; si te gusta seguramente investigas al músico y los sigues en sus próximas presentaciones. Si lo odias, sólo tienes que aguantar la tortura por 20 minutos y puedes salir corriendo al siguiente concierto.

 

Los nanoconciertos es un proyecto experimental en el que colaboran tres espacios culturales de la ciudad de Oaxaca, fundados por Francisco Toledo: el IAGO, la Biblioteca del IAGO Juárez y el CFMAB, en coordinación con el músico Rubén Luengas. La segunda edición de los nanocociertos se realizó el viernes 15 de enero de 2016.