El Atlético de Madrid no falló ante el Getafe y lo derrotó 2-0, pero temió por una lesión grave de Diego Costa, y a falta de cinco jornadas es el único que depende de sí mismo para conquistar la Liga, tras una trigésima tercera fecha, tras la que el Barcelona prácticamente se despidió al caer en casa del Granada 1-0.

 

Con ese resultado, el equipo culé quedó a cuatro puntos del Líder y sólo un empate en alguno de los cinco duelos restantes, combinados con victorias de los catalanes, de los Colchoneros podría hacer que la liga se decidiera entre ambos equipos en la última jornada. En ese escenario quedaría por ver qué dice el Real Madrid, que goleó al Almería 4-0.

 

Pero más que nada, los catalanes están tocados tras el descalabro en los Cuartos de Final de la Liga de Campeones ante el propio Atlético.

 

Nunca desde el “doblete” (1995-96) lo ha tenido tan cerca el Atlético, que con la derrota del Barcelona en Granada ha descontado una jornada. Ahora, aun cuando Madrid y Barça ganen todos sus partidos, a los de Diego Simeone les bastará con vencer cuatro de sus cinco partidos. Un margen de error que aligera la carga que podría suponer su visita al Camp Nou en la última jornada.

 

Y, ni así, quiere Diego Simeone hablar de que sean candidatos al título. El técnico argentino tan sólo ha variado mínimamente su discurso: “Ahora cambió el partido a partido para todos los atléticos; ahora es final a final”, declaró.

 

Sin sufrir, pero con la tensión de quien se sabe cerca del cielo, el Atlético aseguró en Getafe tres puntos de oro. Sabía que el descalabro barcelonista del sábado en Granada (1-0) le ofrecía una oportunidad única y la aprovechó con un gol de cabeza del uruguayo Diego Godín (m.40) y otro de Diego Costa (m.83), en una acción que encendió todas las alarmas.

 

El atacante hispanobrasileño, en su intento por embocar el pase de Adrián López, chocó de forma aparatosa contra el poste, se hizo una herida en la tibia izquierda y tuvo que ser evacuado en camilla del estadio. Pero todo quedó en una herida.