A una semana de haber sido dado de alta del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, en esta ciudad, el Premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez, es reportado por su familia cercana como “estable, dentro de su muy frágil estado de salud”.

 

El escritor, nacido en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927, y bautizado días después como Gabriel José de la Concordia García Márquez, fue dado de alta el 8 de abril, dijo Jacqueline Pineda, del área de Comunicación Social de ese nosocomio local, “en estado delicado de acuerdo con su edad”.

 

En esa unidad médica permaneció por espacio de nueve días y este martes, la esposa de García Márquez, Mercedes Barcha, y sus hijos Rodrigo y Gonzalo Márquez Barcha, informaron que la salud del autor de novelas y cuentos es estable pero muy frágil y reconocieron que hay “riesgos de complicaciones”.

 

Ese primer círculo familiar de Gabriel García Márquez, “Gabo” para quienes le aprecian como ser humano y lo admiran como literato, aseveró en un comunicado que hoy se esparce como reguero de pólvora que, como desde su salida del hospital, seguirá convaleciendo en su casa de la Ciudad de México.

 

Sin embargo, la familia ha sido bastante clara al advertir a la prensa nacional e internacional, y a todos quienes se han acercado con la intención de asomarse a la salud de “Gabo”, que en este momento demanda “respeto a su intimidad, sin que por ello deje de agradecer ese interés”, informó Genovevo Quiroz.

 

Quiroz, asistente personal del celebrado escritor latinoamericano, atendió de manera parcial a los periodistas que durante una semana se apostaron, de día y de noche, a las afueras del hospital, hasta la semana pasada. Ahí, informó que el ingreso de “Gabo” se debió a un proceso de infección pulmonar y urinario.

 

Por su parte, el médico que atiende al escritor, Jorge Oseguera, externó este mismo martes que la familia exige que se respete la privacidad pedida, y al mismo tiempo ofreció una sincera disculpa por no estar autorizado para emitir mayores detalles en torno a la salud del autor de “Cien años de soledad”.

 

El facultativo se limitó a hacer eco a las palabras de Pineda, en el sentido de que la condición del autor se mantiene estable, aunque frágil y con las muchas afecciones propias de su edad, 87 años, aunque no negó ni aseguró que el cáncer que sufrió hace varios años sea la causa de su actual estado físico.