Las pruebas de ADN lo confirmaron. Los restos óseos encontrados en un paraje del violento Tamaulipas, en el noreste de México, corresponden a Pilar Garrido, la española que el pasado 2 de julio fue privada de su libertad cuando viajaba en un vehículo con su marido y su hijo.

 

No obstante, las circunstancias del asesinato, los motivos del mismo o la certeza de quiénes lo perpetraron continúan sin resolverse, como tantos otros casos en el nororiental Tamaulipas, que acumula, en medio año, 116 secuestros, según cifras oficiales.

 

A un mes y diez días del suceso, “el proceso de investigación continúa para esclarecer el homicidio”, indicó el portavoz de Seguridad de Tamaulipas, Luis Alberto Rodríguez, quien aseguró a EFE que la investigación “no tiene tiempo determinado, pero hay avances”.

 

“A lo largo de todo este proceso se ha llevado a cabo un trabajo basado en uso de tecnología, ciencia y logística para dar certeza”, indicó en un mensaje videograbado.

 

La madre de Pilar Garrido se encuentra ya en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas y lugar de residencia de esta valenciana de 34 años desde hacía tres años.

 

Desde España, la familia anunció que repetirá las pruebas genéticas para corroborar los resultados anunciados por la fiscalía de Tamaulipas.

 

Garrido regresaba de pasar unos días en el balneario de La Pesca junto con su esposo y su hijo de un año cuando dos hombres armados interceptaron su vehículo en una carretera solitaria.

 

De acuerdo con el testimonio del marido, los sujetos intentaron robar el vehículo, pero al decirles que llevaban un niño en el asiento de atrás, se llevaron solo a Garrido.

 

Una fotografía en su Facebook publicada horas antes de la desaparición de la joven, en la que luce sonriente, con su bebé en brazos y una gigante tortuga marina a sus espaldas, da fe de esta excursión.

 

Quince días después, y a partir de la denuncia desde España de los familiares, el caso saltó a la luz pública y las autoridades de Tamaulipas informaron del caso.

 

Anunciaron el fortalecimiento del operativo de búsqueda y elaboraron un retrato robot de uno de los presuntos secuestradores. Un muchacho de entre 15 y 16 años de complexión delgada y tez morena, según la descripción del marido.

 

El 26 de julio la fiscalía estatal informó del hallazgo de una osamenta en un paraje del municipio de Villa de Casas, próximo al lugar de la desaparición.

 

El cadáver se encontraba muy descompuesto, lo que hizo sospechar que, en una región conocida por su alto número de homicidios y desaparecidos, pudiera tratarse de otra persona.

 

No obstante, junto a la osamenta encontraron jirones de ropa y cabello que podían coincidir con el de Garrido, de 1,60 metros de altura y pelo rubio-rojizo, según un cartel difundido en redes sociales por una entidad de desaparecidos.

 

Las sospechas han rodeado al marido, Jorge Fernández González. La denuncia la realizó el 3 de julio, un día después del hecho, y supuestas filtraciones apuntaban al hallazgo de manchas de sangre en el coche.

 

Además, como no hubo una petición de rescate a la familia, las autoridades no clasificaron el caso como un secuestro, sino como “persona no localizada”.

 

 

ESPOSO NO ESTÁ INVESTIGADO

 

Pero el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, negó que a Fernández González se le estuviera investigando, y la prueba para detectar trazos de sangre en el vehículo dio negativo.

 

Desde España, la familia de Pilar aseguró que la pareja llevaba muchos años juntos y que pondría “la mano en el fuego” por el esposo, del que se dijo que fue funcionario del centro del C4 (Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo) de Tamaulipas.

 

Resta por conocer cuándo y dónde se realizará el sepelio, y si los restos de Pilar Garrido serán repatriados.

 

La embajada de España en México indicó a Efe que brindará toda la asistencia consular necesaria y destacó que colabora con las autoridades.

 

“Será decisión de la familia de Garrido (llevarse el cuerpo a España) una vez cubiertas las formalidades legales ante la Procuraduría y autoridades regulatorias federales”, señaló el portavoz de Seguridad de Tamaulipas.

 

Raquel, hermana de Pilar, dijo hoy en una rueda de prensa desde España: “La fe siempre va a estar ahí, diré que es mi hermana cuando la vea y si hay esperanza, siempre estaré con la esperanza”.

 

Además, exigió a la Policía mexicana unas radiografías dentales “para saber con certeza, al cien por cien, que es mi hermana” y poder “enterrarla y llorarla”.

 

Una amiga de Pilar en Tamaulipas la describió como una mujer “muy tranquila, muy trabajadora y muy entregada a su bebé”.

 

Declaró a Efe que por el momento no tiene noticia de que se esté preparando algún tipo de acto en recuerdo a la fallecida, y no quiso que se publicara su nombre ni dar más detalles, alegando que la familia está muy nerviosa y le ha pedido que mantenga silencio.

 

dca