Considerado un genio desde su infancia, Guillermo Tovar de Teresa se convirtió en uno de los historiadores y cronistas de la Ciudad de México más extraordinarios. Este domingo falleció a los 57 años.

 

“Con dolor fraternal comparto con toda mi familia el fallecimiento de mi hermano Guillermo, Cronista de la Ciudad de México. Descanse en paz”, confirmó en twitter su hermano Rafael Tovar y de Teresa, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

 

La noticia del fallecimiento del autor de libros como “La ciudad de los palacios” ocurrió a sólo dos meses de la publicación del  libro “Guillermo Tovar de Teresa. Bosquejo biobibliográfico”, que según su autor, Xavier Guzmán Urbiola, tiene como finalidad difundir el trabajo bibliográfico del historiados, así como reconocerle la importancia que tiene como estudioso de la época colonial.

 

Tovar y de Teresa nació en 1956, el 23 de agosto. Según sus propias palabras, desde su infancia fue un autodidacta: “decidí formarme por mi cuenta” e incluso por decisión propia vivió alejado de las universidades.

 

Antes de 1983, se desempeñó como asesor de Juan José Bremer en la Subsecretaría de Cultura, después de colaborar con Pedro Ramírez Vázquez. Se convirtió, entonces, en cronista honorario de la ciudad de México, cargo al cual renunció al año siguiente.

 

Su primer libro fue Pintura y escultura del Renacimiento en México, editado por el INAH en 1979. Pero en las últimas tres décadas publicó por lo menos 30 libros sobre el arte novohispano: México barroco (1981), La ciudad de México y la Utopía en el siglo XVI (1987), El arte de los Lagarto, iluminadores novohispanos de los siglos XVI y XVII (1988), Bibliografía novohispana de arte (dos vols., 1988), Los escultores mestizos del Barroco novohispano (1991) y Miguel Cabrera, pintor de cámara de la reina celestial (1995).

 

De niño asistía a las tertulias que se realizaban en casa de Ernesto de la Peña, donde se conocieron sus padres Rafael Tovar y Villa Gordoa. En ese lugar se leían clásicos grecolatinos y convivía con personajes como Luis Barragán, Mathias Goeritz y Chucho Reyes. Así sus campos de estudio se ampliaron al arte colonial, la arquitectura, la música, la literatura y la ciencia política.