Desde el miércoles 11 de septiembre -cuatro días antes de que comenzara la emergencia nacional por las inundaciones-, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) advirtió que la presencia de dos sistemas ciclónicos, uno en el Golfo de México y otro el Pacífico Sur, tenían el potencial de provocar “lluvias muy fuertes” durante los próximos días en diversas partes del país, especialmente en el sur y sureste del territorio nacional.

 

En un comunicado emitido ese mismo día, la dependencia pidió a la población atender a las indicaciones de Protección Civil de cada entidad y extremar precauciones por los posibles efectos de ambos fenómenos, “que podrían ocasionar encharcamientos en zonas urbanas y deslaves en zonas montañosas, así como posibles avenidas en ríos y arroyos”.

 

La presencia de estos dos fenómenos fue calificada por la Conagua como un hecho inédito, ya que en más de 50 años no se había documentado la presencia de dos fenómenos meteorológicos al mismo tiempo en dos costas del país.

 

A pesar de la alerta temprana de la Conagua, no fue sino hasta el viernes 13 de septiembre, a las 15:30 horas, cuando se llevó a cabo la primera Reunión de Trabajo del Grupo Interinstitucional para Ciclones Tropicales en las oficinas de la dirección general de Protección Civil, según consta en el calendario de actividades que el Sistema Nacional de Protección Civil publicó en su sitio web.

 

En la sesión participaron autoridades de las secretarías de Salud, Turismo, Comunicaciones y Transportes, Relaciones Exteriores, así como la Conagua y la Policía Federal, entre otras dependencias, para tratar la contingencia de la tormenta tropical Ingrid y la depresión 13-E (que se convertiría en la tormenta Manuel).

 

De acuerdo con el Manual de Organización y Prevención del Sistema Nacional de Protección Civil, en esta reunión, encabezada por la Secretaría de Gobernación, se debieron definir los niveles y zonas de alertamiento, así como emitir recomendaciones a la población, explicando las características del fenómeno y cómo cuidarse y protegerse.

 

El día que se realizó dicha reunión, la depresión tropical 10 se fortaleció por la mañana para dar origen a la tormenta tropical Ingrid en las costas del Golfo de México, mientras que unas horas más tarde, en el Pacífico Sur, la depresión 13-E se convertiría en Manuel, el ciclón tropical número 13 de la temporada.

 

Ante la proximidad de estos fenómenos, la Conagua alertó sobre precipitaciones intensas y torrenciales en estados como Chiapas, Guerrero, Tabasco, Veracruz y Oaxaca, así como lluvias de fuertes a intensas en Michoacán, Campeche, Tamaulipas, Puebla y San Luis Potosí, además de tormentas y chubascos en Jalisco, Hidalgo, Estado de México, DF, Colima, Nayarit, Sonora, Sinaloa, Quinta Roo, Yucatán, Chihuahua, Durango, Tlaxcala, Zacatecas y Querétaro, así como lluvias moderadas en Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato y Nuevo León.

 

Pese a estas condiciones, la Segob no cumplió con el manual de Protección Civil en tanto que no estableció comunicación con dependencias y organismos involucrados para la atención de emergencias, con las autoridades estatales y municipales y, sobre todo, no alertó a la población del riesgo.

 

Aunque prácticamente todo el territorio nacional fue afectado por la presencia de las dos tormentas con inundaciones, daños carreteros y desbordamientos de ríos que provocaron varias muertes el fin de semana, no fue sino hasta el domingo 15 de septiembre, a las 16:00 horas, que se realizó la segunda Reunión de Trabajo del Grupo Interinstitucional para Ciclones Tropicales, la cual duró dos horas y en la que participaron, entre otras dependencias, las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y la Conagua, esta vez en las oficinas del Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred).

 

Dos horas después, ante la gravedad de los hechos, se tuvo que instalar del Comité Nacional de Emergencias, integrado por la Sedena, Semar, Conagua, IMSS, ISSSTE, Policía Federal, Pemex, Sectur, SRE, Cruz Roja, SCT, Sedatu, Sener, Salud y Sedesol, aunque la tarjeta informativa señala que se trataba de “prevenir y atender posibles desastres que sufra el país ante fenómenos naturales”.

 

Tampoco reaccionan estados

 

De acuerdo con Óscar Pimentel González, coordinador general de Atención a Emergencias y Consejos de Cuenca de la Conagua, el protocolo para la atención de desastres naturales ocasionados por lluvias comienza con los registros de formaciones de tormentas que hace el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), a través de sistemas satelitales, en coordinación con los sistemas de información de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar), así como con datos que proporciona el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida.

 

Es por medio de estos mecanismos que se detectan cuáles son las zonas de inestabilidad tropical que pueden constituir una amenaza para el territorio mexicano, aun cuando los fenómenos meteorológicos se ubiquen a cientos o, incluso, miles de kilómetros del país.

 

Dichos reportes son emitidos de inmediato por la Conagua en su portal web y por medio de comunicados también se envían a los gobiernos estatales y al Sistema Nacional de Protección Civil, a través de oficios sellados por la dependencia, donde se explica de manera detallada y con especificaciones técnicas el riesgo que representa para alguna entidad la presencia de una depresión tropical, ciclón o huracán que se aproxime a su territorio, explicó el funcionario.

 

Pimentel González dijo a 24 HORAS que durante los días pasados, los gobiernos estatales fueron notificados por medio de dichos oficios con todos los detalles sobre las tormentas tanto en el Golfo de México como en el Pacífico Sur, al mismo tiempo que la Conagua emitía los comunicados en su página web.

 

Aunque el sitio de Internet del Sistema Nacional de Protección Civil ofreció información detallada sobre las condiciones evolutivas de ambas tormentas, así como recomendaciones a la población de “mantenerse informada sobre las condiciones meteorológicas en sus lugares de residencia y tener presente su plan familiar de protección civil”, así como de precaución tanto a navegación marina como aérea, los portales de gobiernos y protección civil de los estados se limitaban, en su mayoría, a emitir comunicados respecto al paso de los fenómenos.

 

Incluso, la página de Protección Civil de Guerrero, estado que sufrió las mayores afectaciones, no cuenta con advertencias sobre las tormentas en la entidad desde el 10 de septiembre, cuando anuncia un derrumbe en la región de la montaña, y hasta el 17 de septiembre que muestra un gráfico sobre qué hacer después de una inundación. Asimismo, en el apartado de pronósticos de lluvia sólo registra las probabilidades de precipitaciones del 3 al 4 de septiembre.

 

Funciones de Segob según el Manual de Organización y Operación de Protección Civil

 

Conduce y pone en ejecución, en coordinación con las autoridades de los gobiernos de los estados, de los municipios, de las dependencias y entidades de la administración pública federal, las políticas y programas de protección civil, para el alertamiento y apoyo de todas aquellas personas que se encuentren en peligro y para mantener en funcionamiento los servicios vitales

 

Durante la temporada de ciclones tropicales opera el Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales, cuya pretensión es el oportuno alertamiento y adecuada coordinación interinstitucional que de manera consensuada genere una respuesta organizada del Sistema Nacional de Protección Civil

 

 Lee aquí las omisiones a las alertas

 

 

Datos

 

238

millones de pesos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) se han ejercido hasta el momento para atender las afectaciones que dejaron las lluvias y desbordamientos de ríos en Guerrero, informo Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaria de Gobernación.

 

5,000

millones de pesos es el monto en que el gobierno estatal calcula los daños en Guerrero, cifra que sólo incluye afectaciones a carreteras, puentes y miles de viviendas en todo el estado.

 

200

millones de pesos ya se habían destinado en Guerrero en diferentes declaratorias de emergencia. Son apoyados 50 municipios guerrerenses afectados.

 

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