Miles de devotos al catolicismo comenzaron a llegar desde hoy al populoso barrio de Iztapalapa, en el oriente de la capital mexicana, para presenciar la representación más antigua de la Pasión de Cristo de las que se celebran en México.
Llamados por la fe, centenares de familias empezaron a llegar desde esta tarde a la plancha de la demarcación donde arrancará esta noche el camino de Jesús al calvario, a través de una multitudinaria representación teatral que desarrollará entre hoy y mañana varios episodios bíblicos.
“Con esta representación deseamos enviar un mensaje de amor que llegue a los corazones de todos y también buscamos este año fomentar los valores de familia”, dijo hoy a Efe Roberto Guillén, presidente del Comité Organizador de la 172 edición de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.
Cada año, el Jueves Santo se torna en uno de los días culminantes de las conmemoraciones religiosas que se realizan durante la Semana Santa, día en el que, según los cristianos, Jesús compartió la última cena con sus apóstoles y fue llevado a su apresamiento antes de su crucifixión.
Según los organizadores, para este episodio, que se desarrollará en un escenario que mide 40 metros de largo por 40 de ancho, se espera la asistencia de 280 mil visitantes.
Jesús Morales es uno de los miles que llegaron al barrio de Iztapalapa para atestiguar este momento. “Venimos como cada año desde hace quince y se ha hecho una tradición familiar. Primero, venía con mis abuelos y padres y ahora yo traigo a mis hijos”, explicó a Efe Morales, oriundo del municipio de Chalco, del central Estado de México.
En la representación de este año participarán 145 actores principales (con diálogo), unos 450 extras entre romanos y hombres de pueblo, y unas seis mil personas que actuarán de nazarenos.
La selección de los actores principales es rigurosa, pues para interpretar a Jesús o a la Virgen María es necesario ser originario de Iztapalapa, practicar la religión católica y “ser una persona de reconocida honorabilidad”, comentó el organizador.
Además, dijo, el personaje de Jesucristo debe guardar el celibato desde que es elegido hasta que interpreta su papel y quien hace de Virgen María tiene que ser una mujer virgen.
Para muchos habitantes de Iztapalapa, participar en este evento es algo muy importante en sus vidas, como para Juan Eduardo López Rodríguez quien se siente “satisfecho” de representar por segundo año consecutivo a un personaje clave en la historia, Judas Iscariote, quien traiciona a Jesús.
“Yo creo que Judas juega un papel muy importante dentro del catolicismo pues sin esa parte mala yo creo que no se hubiera podido cambiar el rumbo de la historia”, confesó López Rodríguez, de 24 años, quien reconoce que debido a su papel la gente lo ha llegado a agredir.
“Los devotos se apasionan estos días y es entendible que sientan el desprecio de quien traicionó a Jesús y claro que llegan a aventarte cosas o insultarte, pero es parte de ello y afortunadamente no llega a más”, reconoció.
Esta celebración ha permanecido a través de los años, desde 1843. En 2012 fue reconocida como patrimonio intangible de la Ciudad de México y el pueblo de Iztapalapa espera que sea avalada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y declarada patrimonio cultural de la humanidad.
“Tenemos el apoyo de un doctor español de la Unesco que ya vino y respalda nuestra petición y creo que vamos encaminados”, adelanto a Efe Guillén.
Para esta representación, que arrancó el pasado Domingo de Ramos, y culminará mañana por la tarde con la crucifixión y muerte de Jesús, se espera la visita de un total dos millones de espectadores, tanto nacionales como internacionales, es decir, medio millón más, de acuerdo a cálculos oficiales.
Para garantizar la seguridad en Iztapalapa, uno de los barrios con mayor índice de criminalidad de la capital mexicana, participarán 10 mil 225 policías y estarán apoyados por helicópteros no tripulados para vigilar la zona, indicaron los responsables de la seguridad del Gobierno del Distrito Federal.
La tradición de la Pasión de Cristo surgió hace 172 años, cuando los pobladores de Iztapalapa, que entonces no era barrio sino un pueblo vecino de la capital, decidieron celebrarla en un acto de fe para que se pusiera fin a una epidemia de cólera.
Desde entonces se lleva a cabo este evento como agradecimiento al Señor de la Cuevita, una imagen que cuenta con un altar en un templo del barrio y al que atribuyen el milagro de erradicar la epidemia que mató a cientos de sus pobladores.
obo