Unos 20 mil fieles católicos participaron este domingo en un acto de “desagravio reparación y consagración ante Dios” en la Ciudad de México.

 

En el evento central, realizado en el Estadio Azul, el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, ofreció una misa y en la homilía se pronunció contra la legalización del aborto, que ha cobrado la vida de miles de inocentes en el vientre de sus madres.

 

También señaló que la ideología de género “con su paquete de perversiones, atenta contra la familia y la vida, con la finalidad no confesada de arruinar a los pueblos, subyugarlos y saquearlos. Sin metas ni familia nuestra patria no tiene futuro”.

 

Previo a la homilía, Juan Sandoval envió un saludo al cardenal Norberto Rivera Carrera, administrador apostólico de la Arquidiócesis de México, a quien agradeció el permiso para oficiar la misa en el acto de desagravio. “Qué Dios le pague y lo bendiga”.

 

Sandoval Íñiguez aseguró que la violencia que ejerce el crimen organizado es similar al aborto. Expuso que así como se “destrozan” fetos mediante el aborto, el crimen organizado “descuartiza” personas en medio de la escalada de violencia y criticó las leyes que avalan la interrupción del embarazo.

 

“Este es un acto de desagravio en el que venimos a hacer una confesión de culpa, a reconocer nuestros pecados delante del señor, y a pedirle misericordia y perdón. Venimos a decirle, señor hemos pecado contra ti, y cometido la maldad que aborreces; perdona a tu pueblo y aparta de nosotros el castigo que merecemos.
Posteriormente, fijó postura ante la ideología de género, a la cual calificó de “perversa” y pidió perdón a Dios por el avance que ha tenido en México. También lamentó que algunos vean las enseñanzas de la iglesia como algo “medieval”.
“Hemos pecado señor admitiendo y promoviendo la ideología de género, que con su paquete de perversiones atenta contra la familia y la vida, con la finalidad no confesada de arruinar a los pueblos, subyugarlos y saquearlos. Sin metas ni familia nuestra patria no tiene futuro.

 

“Muchos miles de inocentes son asesinados constantemente en el vientre de sus madres y como contrapartida, y en castigo de este crimen, el crimen organizado mata, descuartiza a sus víctimas, igual que se destrozan los niños en el seno materno”.

 

Posteriormente, fijó postura ante la ideología de género, a la cual calificó de “perversa” y pidió perdón a Dios por el avance que ha tenido en México. También lamentó que algunos vean las enseñanzas de la iglesia como algo “medieval”.

 

“Hemos pecado señor admitiendo y promoviendo la ideología de género, que con su paquete de perversiones atenta contra la familia y la vida, con la finalidad no confesada de arruinar a los pueblos, subyugarlos y saquearlos. Sin metas ni familia nuestra patria no tiene futuro.

 

“Perversa ideología de género impuesta desde afuera, pero que encuentra entusiastas promotores y mercenarios dentro de nuestro país”.

 

A propósito de este tema recordó que hace algunos días en la ONU, tristemente el gobierno de México votó contra la familia y la vida y a favor de los pretendidos derechos sexuales de los niños sustrayéndolos a la autoridad de sus padres”. Sin embargo, celebró que en el mundo hayan sido más los gobiernos sensibles que finalmente se impusieron en la votación a favor de la vida y de mantener la autoridad de los padres para educar a sus hijos en la verdad y la vida.

 

También enlistó otros pecados de los habitantes y de los gobiernos.

 

“Hemos pecado mucho con la corrupción de las personas, de nosotros mismos, y de las instituciones y alcanza ahora niveles antes nunca vistos. Fabulosos saqueos de los recursos públicos de los bienes de la nación, falta de justicia en los tribunales, complicidad con el crimen organizado y salarios de miseria.

 

“La consecuencia inevitable de esta corrupción es el empobrecimiento de gran parte del pueblo mexicano y sus inevitables secuelas de hambre ignorancia enfermedad y muerte”.

 

Sandoval Íñiguez lamentó la existencia de un relativismo que socava la moral.

 

“Hoy queremos ser libres realizarnos por nuestra cuenta sin que nadie nos tenga que decir lo que hemos de hacer en lo que debemos de creer, queremos vivir en un relativismo cómodo en el campo de la moral, sobre todo referente a la familia y a la vida, y no aceptamos que la iglesia nos enseñe en nombre de Dios verdades eternas absolutas y preceptos morales saludables e inquebrantables, sobre todo en materia sexual y de matrimonio.

 

“Rechazamos a la Iglesia y su enseñanza como dogmatista, anticuada y medieval”, lamentó.

 

JMSJ