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Jack Johnson era un tipo abiertamente escandaloso y provocador, que se crecía ante los insultos que le lanzaban los racistas de su época; contestaba a esas diatribas dibujando una sonrisa amplia e irónica en esa cara de niño tan suya que contrastaba fuertemente con su macizo cuerpo de titán. Dense una idea de su temple: cuentan las crónicas que cuando le arrebató el campeonato mundial al canadiense Tommy Burns, el 26 de diciembre de 1908, Johnson lo sujetaba con su cuerpo cada que éste iba a caer a la lona, con el objeto de seguir golpeándolo frente a un público que le demostraba su hostilidad llamándole «clown» o «nigga».

 

Miles Davis quiso emular toda esa fuerza en su homenaje, tomando elementos del funk y el rock, en una serie de improvisaciones que acabarían por alimentar al discoA Tribute To Jack Johnson, lanzado en 1971. Teo Macero editó y arregló la mezcla final que incluye sólo dos largos tracks, formados en su mayor parte con el material grabado durante la sesión del 7 de abril de 1970. En ésta participaron John 1-1-jack-johnsonMcLaughlin, Michael Henderson, Steve Grossman, Billy Cobham y Herbie Hancock.

 

La intervención de este último no estaba programada, él simplemente pasaba por ahí, cargando una bolsa de comestibles mientras se dirigía al estudio adyacente, cuando escuchó la música y se asomó por el cristal. Entonces Miles le señaló un viejo órgano Farfisa, que ni tardo ni perezoso empezó a pulsar, obteniendo un resultado por demás afortunado.

 

Dos riffs tomados de las canciones «Sing a Simple Song» de Sly and the Family Stone’s y «Say It Loud – I’m Black and I’m Proud» de James Brown, les sirvieron como base aquella tarde. La intención de Davis era evocar el sonido de una locomotora acercándose, grande, imponente, e imparable; que era como se imaginaba que veían sus rivales Jack Johnson cuando éste se abalanzaba sobre ellos con toda su humanidad. Aunque escuchándolo, también podemos pensar en el juego de piernas de un boxeador que espera pacientemente a que su oponente cometa un error, para poder asestarle un golpe demoledor.

 

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