Miguel Jaramillo es fuerte, tal vez demasiado. Esos 120 kilos de músculo y masa los distribuye entre la bondad y el amor a México.

 

Sus poros respiran en México; su corazón late México; sus venas recorren México. Allí nació hace 53 años.

 

Un buen día, con la nostalgia en su mochila, tuvo que venirse a Europa. En Jalisco quedaron su familia y sus recuerdos, sus raíces y su melancolía.

 

Él no lo sabía, pero ese buen día que se marchó de México para recalar en España sería el primero de muchos en el que Miguel Jaramillo se convertiría en uno de los máximos embajadores de su país en España. Su guitarrón sería su bandera; su traje de mariachi, su estandarte y su voz, su himno.

 

Con su hermano Octavio y un grupo de músicos españoles y latinos enamorados de México creó el Mariachi Real de Jalisco. Y empezó a cantar una y otra vez los corridos en forma de aventuras, las rancheras a modo de cánticos de amor, de francachelas, de despechos.

 

Cuando el 19 de septiembre la Tierra tembló por el maltrato que le daban y le tocó pagar a México, un tipo fuerte, tal vez demasiado, con una barba larga y cerrada, algo taheña, se enfundó el traje de mariachi y se marchó a la Puerta del Sol de Madrid a tocar todo su recital, temblando por sus adentros, como si fuera la última vez.

 

Miguel y su hermano Octavio, así como el resto de los músicos se fueron sabiendo que lo poco o lo mucho que les dieran los viandantes lo destinarían para los damnificados de México. Apenas lo hablaron entre ellos, no hacía falta. Todos sabían que su país se desangraba y necesitaba con urgencia transfusiones de dinero, de alimentos, de solidaridad. Sabían que a muchos mexicanos les urgía. Miguel y su Mariachi Real de Jalisco cantaban codo con codo por un pueblo exangüe.

 

Y es que desde el 19 de septiembre, los 40 mil mexicanos que viven en España buscan acciones para ayudar a su nación.

 

A Mariana, Liliana y Maribel, tres mexicanas que radican en España, se les ocurrió la iniciativa Pedalea por México. Han convocado a familias del colegio para realizar una carrera solidaria con comida típica de su país cocinada por ellas. Los recursos serán para los damnificados.

 

Jorge Marín El Greñas, que llegó a La Madre Patria, hace 25 años con cien dólares en el bolsillo, ha podido, gracias a su esfuerzo, hacer una cadena de restaurantes mexicanos. El Greñas está donando lo que recauda cada tercer día. Y así podría seguir escribiéndoles tantas causas como cada uno de los 40 mil mexicanos que viven en España, porque hoy más que nunca tienen sus corazones en México.

 

Por eso, Miguel Jaramillo, con su sonrisa pícara y esos 120 kilos de músculo, masa y amor, vuelve a enfundarse en su traje de mariachi y se marcha a la Puerta del Sol, o al Estadio Bernabéu o a cualquier restaurante mexicano; allá donde le entreguen un euro para poder enviarlo a México con todo su ánimo, pero también con toda su melancolía. Manda giros postales, pero también sobres que no pesan, porque son pensamientos profundos en la sima de su alma donde Miguel Jaramillo tiene tatuado #FuerzaMéxico.

 

 

caem