Después de mucho tiempo y gracias a que organismos como Latin NCAP no dejan pasar el tema, el gobierno mexicano publicó en el Diario Oficial de la Federación la nueva Norma Oficial Mexicana 194 (NOM 194) que establece los nuevos lineamientos de seguridad que los autos deberán cumplir a partir de ¿este año? No. ¿Del siguiente?… tampoco. Todo esto sucederá a partir de 2019. ¡Bienvenidos 25 años de retraso en seguridad automotriz a nuestro país!

 

La NOM-194-SCFI-2015, cuya elaboración inició en 2013, estipula que a partir de 2019 los fabricantes de vehículos deberán incorporar en sus vehículos bolsas de aire y frenos ABS, además de certificar pruebas de impacto frontal y lateral. ¿No es inaudito que no sea así desde hace años?

 

Aparte, esta norma exigirá que todos los autos nuevos cuenten con un testigo visual de colocación de cinturón de seguridad, entre otras medidas como luces de oposición, luces de reversa, velocímetro, vidrios laminados templados y plastificados. ¿Cómo? ¿No todos los coches en México tienen esto? No, señores, hasta ahora no era obligatorio.

 

Y no sólo eso. Los modelos 2016 tendrán hasta 2020 para aplicar las nuevas normas y se calcula que esto generará un aumento del costo del auto de entre 3 y 7%. 

 

En resumen, las armadoras tendrán tres años para adecuar sus automóviles a estas normas y hasta cuatro para adecuar los autos ya existentes. De paso, estos años les darán tiempo para estudiar qué estrategia es la que deben seguir para mantener un precio competitivo ahora que tendrán mayor calidad, aunque eso sea lo mínimo que un usuario puede pedir.

 

Lo que más pena da es que países como Argentina, Brasil y Ecuador han asumido compromisos para adoptar la tecnología de ESC,  mientras México se hace de la vista gorda. Se pierde la oportunidad de promover altas tecnologías que salvan vidas alrededor del mundo. ¿Lo más triste? México es uno de los más grandes productores de autos, tenemos un importantísimo corredor automotriz, marcas premium produciendo en nuestro territorio con una gran calidad.

 

En resumen: se compran autos inseguros en México porque es lo que la ley permite que se venda y porque a las marcas les encanta colgarse la medallita de tener al auto más vendido del país, aunque éste sea el que más vidas cobra. Ahí les hablan, Tsuru y Aveo.

 

En fin, “candil de la calle, obscuridad de su casa”.