Ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Enrique Peña Nieto planteó un nuevo enfoque de combate a las drogas, el cual incluiría el uso de marihuana para fines medicinales y elevar la cantidad de cannabis por consumo personal.

 

Durante la Sesión Especial Sobre el Problema Mundial de las Drogas (UNGASS) 2016, el mandatario nacional consideró necesario transitar “de la mera prohibición a una efectiva prevención y a una eficaz regulación. Miles de vidas dependen de ello”.

 

En la sede de la ONU, en Nueva York, Peña Nieto propuso un decálogo de combate a las drogas, que entre otras estrategias incluye “asegurar la disponibilidad y un mejor acceso de las sustancias controladas para fines médicos y científicos, evitando al mismo tiempo su desviación, uso indebido y tráfico”.

 

Otro de los anuncios es la propuesta de legalizar el uso médico de la cannabis, lo cual “se deriva del amplio debate nacional sobre el uso de la marihuana al que convocó el gobierno de México con expertos, académicos y representantes de la sociedad civil”.

 

Abundó que “como Presidente de México, en esta sesión especial, doy voz a quienes ahí expresaron la necesidad de actualizar el marco normativo para autorizar el uso de la marihuana con fines médicos y científicos”.

 

De acuerdo con el jefe del Ejecutivo, “los participantes de aquellos foros también expusieron la importancia de elevar, en congruencia con estándares internacionales, la cantidad de marihuana que puede ser considerada para uso personal con la finalidad de no criminalizar a los consumidores”.

 

En los próximos días, adelantó, el gobierno mexicano anunciará las acciones específicas sobre el cambio de un modelo prohibicionista a otro más flexible sobre el uso de la marihuana, que dijo, priorizará la prevención de adicciones al considerarlas como un problema de salud.

 

La nueva política del combate a las drogas, expuso, tiene el objetivo de “definir mejores soluciones, desde una perspectiva de derechos humanos, prevención y salud pública, que ponga en el centro el bienestar de las personas”.

 

A su parecer, “se vislumbra un nuevo enfoque que combata decididamente a los criminales, pero que, en lugar de criminalizar a los consumidores, les dé oportunidades y alternativas”.

 

De acuerdo con el mandatario, México “forma parte de las naciones que han pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas; vidas de niños, jóvenes, mujeres y adultos. Como pocos, conocemos las limitaciones y las dolorosas implicaciones del paradigma eminentemente prohibicionista”.

 

A pesar de los esfuerzos para combatir el narcotráfico, consideró que “no estamos totalmente libres de la amenaza criminal, mientras siga existiendo una creciente demanda internacional de estupefacientes”.

 

Por lo cual, llamó a los países con altas tasas de consumo de drogas a que “asuman un mayor compromiso, tanto en la reducción de su demanda, como en la lucha contra el crimen organizado transnacional”.