El Gobierno de México aceptó hoy la creación de una mesa de trabajo sobre inmigración con las organizaciones de la sociedad civil ante las críticas a su gestión del aumento de solicitudes de asilo de centroamericanos en el país.

 

El acuerdo se produjo durante una audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su sede de Washington, sobre la situación de los solicitantes de asilo y refugiados en México.

 

El argumento de las organizaciones es que México es cada vez más un país de destino y no solo de tránsito para los migrantes centroamericanos, lo que exige medidas a corto plazo para recibir y atender a esta población de manera adecuada.

 

Las entidades pidieron esta sesión para denunciar, además, que el Gobierno de México mantiene un enfoque de seguridad nacional y no de derechos humanos en sus medidas de control migratorio.

 

“México está dando una batalla fuerte por la población migrante en Estados Unidos, pero no vemos lo mismo en México, y es la población más vulnerada de Centroamérica”, afirmó Ana Lorena Delgadillo, de la organización Asylum Access.

 

Por eso, celebró poder volver a México con el acuerdo de una mesa de trabajo “que es una necesidad para la población refugiada” y pidió que la CIDH “acompañe este esfuerzo y dé asesoría técnica”.

 

Por su parte, el subsecretario de Relaciones Exteriores para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de México, Miguel Ruiz Cabañas, consideró “útil” la mesa de trabajo y emplazó a las organizaciones a “ver cuál puede ser el acompañamiento de la CIDH”.

 

El secretario ejecutivo de la Comisión, Paulo Abrão, invitó a “personalizar esa propuesta de un grupo de trabajo para tratar el tema de cómo mejorar la situación de la población refugiada“, aunque no concretó sobre el papel que podría tener el organismo.

 

Las organizaciones denuncian que México sigue una política de detención y deportación expedita “sin importar el hecho de que la deportación en caliente pueda poner en riesgo la integridad personal y la vida de los deportados”.

 

“Si quiere ser congruente con las demandas a Estados Unidos, (El Gobierno mexicano) tiene que predicar con el ejemplo”, afirmó Jorge Ríos Treviño, de la organización Sin Fronteras.

 

Cabañas aseguró que su Gobierno está “muy comprometido” con los derechos de los inmigrantes y defendió que lo que quiere es “construir puentes y entendimientos y no muros“.

 

Las organizaciones destacaron que en los últimos cinco años el número de personas necesitadas de protección internacional en México ha aumentado y, por tanto, también lo han hecho las solicitudes de asilo.

 

Entre 2011 y 2016, esas solicitudes se incrementaron en más de un 1.000 por ciento y se calcula que seguirá creciendo; de acuerdo con las proyecciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, recibirá 22.000 solicitudes este año.

 

En 2016, el 91,6 % de las solicitudes de asilo que recibió México eran de personas del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) por, entre otras causas, los altos índices de violencia en sus países.