NUEVA YORK. Aprendieron la técnica del bordado en su tierra natal y ahora tendrán que aplicarla en un importante encargo: los manteles que se usarán en los actos del papa Francisco en Nueva York.

 

Diecisiete mujeres, la mayoría mexicanas, empezaron a bordar el viernes en el sótano de una iglesia a las afueras de Nueva York las cruces que decorarán dos manteles para el altar desde donde hablará el pontífice en el Madison Square Garden. El grupo también bordará la cruz y las palabras Caridades Católicas que forman el logotipo de esa organización en varios manteles que decorarán la escuela de East Harlem que Francisco visitará, en Manhattan, y donde conocerá a grupos de inmigrantes.

 

“Se ve mejor con un hilo más grueso”, comentaban algunas de las inmigrantes mientras comparaban bordados de prueba para las cruces.

Laura Soriano
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Concentradas y serias, trabajaban con cierta urgencia en una pequeña sala en el sótano de la iglesia San Pedro y San Denis de Yonkers, una zona al sur del condado de Westchester, en Nueva York. Sus hijos pequeños correteaban en el gimnasio contiguo a la sala. Las hispanas tienen tres semanas para completar el trabajo y además bordar unos pañuelos con la imagen de un corazón y una paloma como regalo para el pontífice.

 

“Estoy muy nerviosa, con sentimientos encontrados, de nervios y emoción”, comentó Erika Mejía, de 27 años, mientras bordaba con un hilo de color café, siguiendo la pauta de la cruz dibujada en la tela. La hispana, que limpia casas de vez en cuando, lleva nueve años en Estados Unidos.

 

Durante su visita al país a fines de septiembre Francisco visitará Washington, Nueva York y Filadelfia.

Elizabeth Gonzalez, Irma Barragan
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Las mujeres forman parte del Proyecto Madres a través del cual se juntan desde hace un par de años para aprender a tejer. Muchas de ellas son las esposas de los jornaleros que forman Obreros Unidos de Yonkers, un grupo de trabajadores organizado y apoyado por Caridades Católicas, la rama de la arquidiócesis de Nueva York que se dedica al trabajo comunitario.

 

Imelda Severino, una peruana de 46 años, dijo estar muy emocionada. “Esto es una bendición y sólo Dios sabe por qué nos escogieron a nosotras”, comentó la hispana que tiene dos hijos. “Jamás pensé que bordaría para el papa”.

 

Caridades Católicas tuvo la idea de que las mujeres bordaran los linos. El papa había dejado claro que quería conocer a inmigrantes en Nueva York y ésta era una buena oportunidad para que viera lo que hacen los inmigrantes del país, dijeron portavoces de la organización.

Philip Allen, Janet Hernandez
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Varios jornaleros de Obreros Unidos de Yonkers, del grupo de jornaleros Don Bosco Workers Inc., en Port Chester, Nueva York, y algunas de las mujeres de Proyecto Madres conocerán al pontífice durante su visita a East Harlem, dijo la ecuatoriana Janet Hernández, de Caridades Católicas y quien coordina a las bordadoras.

 

Además, dos jornaleros del grupo Don Bosco Workers y uno de Obreros Unidos acaban de construir la silla de madera donde el pontífice se sentará durante su misa en el Madison Square Garden. Los jornaleros planean regalar a Francisco un cinturón portaherramientas.

Mujeres Bordadoras Papa
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