En la Ciudad de México, la gente teme los asaltos a mano armada mientras circula en sus autos o camina por las calles; sin embargo, bajo la superficie de la capital, en la mayoría de los casos los ladrones no necesitan usar la fuerza para despojar de sus pertenencias a quienes abordan el Metro, incluyendo el objeto icono de la era digital: el teléfono celular; el conflicto con este flagelo es que pocas personas acuden a denunciar (según el INEGI, nueve de cada 10 delitos en la capital no se denuncian a las autoridades).

 

Para contrarrestar los robos en el transporte subterráneo, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la CDMX y el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro han implementado dos operativos: Código Rojo y Metro Seguro, con el objetivo de llevar a los carteristas ante la justicia.

 

Uno de los casos es el de Arturo, usuario del Metro, quien narró a 24 HORAS que, abordando uno de los vagones en hora pico, sintió como lo empujaba una persona, como si quisiera hacer espacio para abordar el convoy; sin embargo, poco antes de cerrarse las puertas, ésta dejó de insistir y permaneció fuera. Cuando el tren comenzó a moverse, Arturo buscó su celular, pero ya no lo encontró. Había sido “bolseado”, pero no denunció porque se resignó a no recuperar el objeto y no quiso “perder el tiempo” en el Ministerio Público (MP).

 

Elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) que vigilan la estación Pino Suárez, de la Línea dos, intervienen en al menos 20 casos semanales por robo a pasajero al interior de los vagones del Metro, con o sin violencia; sin embargo, afirman que, de esos casos, solo 10% de las víctimas presenta una denuncia ante el MP.

 

En una entrevista para 24 HORAS, uno de los elementos (quien pidió permanecer en el anonimato) afirmó que existen diversos factores para que las víctimas no quieran presentar denuncia. Uno de ellos es que la gran mayoría de los robos se comenten en horas laborales, por lo que los afectados solo quieren recuperar sus pertenencias y seguir su camino.

 

Otro factor es la desconfianza en las autoridades. Cabe recordar que, apenas el seis de agosto pasado, la PGJ destituyó a la oficial secretario de la Agencia Especializada del MP de la Estación Hidalgo, que investiga los delitos cometidos en las instalaciones del Metro, por intentar disuadir a un usuario de presentar una denuncia por robo.

 

Un día después, el siete de agosto, el STC Metro informó que, con la implementación del operativo Código Rojo, en 2016 y lo que va de 2017 (con corte a julio), se realizaron mil 562 remisiones de presuntos delincuentes ante el Ministerio Público por el delito de robo dentro de las instalaciones del STC.

 

De estos, 709 casos ocurrieron el año pasado, mientras que de enero a julio de 2017, se registraron 853; es decir, tan solo en los primeros siete meses de este año se superó la cifra de remisiones que se registró en 2016.

 

Metro seguro

Para contrarrestar el bajo número de denuncias, desde el 5 de agosto pasado la PGJ y el Metro implementaron el operativo Metro Seguro para complementar el Código Rojo. Para ello, un grupo especial de la Policía de Investigación fue destinado a las instalaciones del Metro.

 

Los agentes vigilan en los andenes de las estaciones con mayor incidencia delictiva, lo cual ha permitido la detención de 57 individuos hasta el 27 de agosto, de los cuales 25 ya han sido vinculados a proceso y 12 están en espera.

 

CIFRAS

853 detenidos de enero a julio de este año en el Sistema de Transporte Colectivo

379 delincuentes (de 853) conciliaron; es decir, llegaron a un acuerdo con las víctimas

 

caem