Tiene razón el presidente Enrique Peña Nieto cuando afirma que “los mexicanos no pueden esperar más tiempo… que no basta tener los grandes proyectos sino que éstos se materialicen y que las obras realmente se efectúen, se cumplan en el tiempo programado y se traduzcan en beneficios para todos…”

 

Tiene razón porque  la gran mayoría de los mexicanos, sobre todo los desempleados y subempleados, los millones de personas que están en la pobreza y en la miseria, y todos aquellos que “están pasando las de Caín”, han escuchado en los casi 15 meses que lleva la administración muuuuuchos discursos y declaraciones anunciando proyectos turísticos, de infraestructura (carreteras, puertos, aeropuertos, puentes, trenes rápidos y radiales, etcétera); desarrollos agrícolas, ganaderos, de vivienda. Y también muuuuchas promesas de que habrá prosperidad,  bienestar para la familia, justicia, igualdad de oportunidades, créditos baratos y otras tantas cosas bellas que debe tener la vida.  ¡Pero muy  poquitas de esas cosas se han concretado!

 

De qué sirve, por ejemplo, que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes tenga un presupuesto de más de 62 mil millones de pesos para este año y que haya ejercido el 25% del mismo, si no se ve ni se siente en qué lo está gastando. Lo mismo podría decirse de otras dependencias, incluyendo las paraestatales, y de varios gobiernos estatales  a quienes ya se les asignó su presupuesto pero no lo han ejecutado, o lo están haciendo a cuenta gotas. ¿O será que Hacienda nada más “soltó el billete” en el mes de enero para presumir que arrancaba el año con un gasto histórico? Preguntan los suspicaces.

 

Hace un par de días, el presidente de la República dio a entender que el ejercicio del gasto va lento, muy lento, y por ello urgió a sus secretarios a que metan el acelerador  en el gasto. “No queremos solamente tener grandes proyectos y una buena visión compartida, sino que se materialicen y que las obras (de comunicaciones,  salud, educación y de los programas sociales) realmente se efectúen y se lleven a cabo en el tiempo programado. Por eso, la instrucción que tienen todas las dependencias del Gobierno Federal para acelerar la inversión y la ejecución del presupuesto que el Congreso les aprobó”, dijo.

 

Peña Nieto les recordó a sus colaboradores que los mexicanos no pueden esperar más tiempo; quieren eficiencia del gobierno. Y ese es el gran reto que tenemos, subrayó.

 

Ahí como no queriendo la cosa, el secretario de Hacienda pareció responderle al presidente de la República de la siguiente manera: El gasto se está ejerciendo con oportunidad, hemos tenido un enero muy robusto en cuanto al gasto público, con un incremento del  20% en términos reales comparado con el de enero del año anterior.De  febrero, las cifras las daremos a conocer al final de este mes; también son muy alentadoras y robustas, y seguiremos por ese camino porque entendemos que ante la debilidad de otros componentes de la demanda agregada, particularmente del consumo, el gasto público tiene que ejercerse de manera oportuna en la primera parte del año.

 

¿Entonces seguimos esperando que el gobierno se vuelva eficiente?

 

AGENDA PREVIA

 

¿A qué se deberá tanto nerviosismo del senador Javier Corral? ¿Sus aliados políticos y empresariales lo estarán presionando mucho? ¿Qué tantos favores deberá?

 

Resulta que en la víspera de la presentación del proyecto de legislación secundaria en telecomunicaciones, al legislador chihuahuense “no lo calentaba ni el sol”. Criticó los supuestos borradores publicados sobre la iniciativa de ley, cuestionó al Ejecutivo y volvió al mismo rollo de siempre en contra de las televisoras. Lo peor del caso es que reaccionó sin tener la certeza de qué se trataba de la Iniciativa formal del Ejecutivo. ¿Será que alguien le pidió ser el portavoz de la reacción del consorcio de las telecomunicaciones ante el contenido de aquel borrador? Algunos piensan que en el fondo (que no está muy hondo), lo que Corral quiere es posicionarse junto con Gustavo Madero en la contienda por la presidencia del PAN, a fin de seguir asentado ahí para el cobro de los agravios hacia su persona que adjudica a algunas empresas de televisión. ¿O se trata de ambas cosas?