El secretario de Desarrollo Social, Luis Miranda, ofreció a senadores de todos los partidos políticos reforzar la supervisión de programas sociales-electorales y hasta los invitó a integrarse a una mesa de diálogo conformada por legisladores y funcionarios de la dependencia. Ya saben que lo mío, lo mío, son esas mesitas donde “ablando”, perdón, convenzo a todos de que existe transparencia; de que a la hora de repartir billetes a los pobres somos honestos, de que no les pedimos nada a cambio, mucho menos su voto, les quiso decir.

 

Con el debido respeto, señor secretario, pero hace unos días pescaron a priistas “con las manos en la masa, repartiendo despensas y otras cositas en el Estado de México, donde el próximo año habrá elecciones para gobernador, le reclamó un legislador del PRD. ¡Son hechos aislados! Le respondió, y se comprometió a investigar cómo estuvo la transa, perdón, la entrega de los recursos.

 

En el nuevo PRI del siglo XXI, la Sedesol reforzará todas las actividades de supervisión y control para que los programas sociales no tengan sesgo electoral y cumplan con su objetivo de combatir la pobreza y la marginación del país, les dijo el secretario a los senadores. Eso mismo prometió “Chayotzin”, la primera titular de esa dependencia en esta administración, y nada más les dio “atole con el dedo”, acotan los observadores políticos objetivos e imparciales. Pero si en los comedores familiares les sirven diariamente a los fregados, suculentos desayunos y comidas; sano, variado y suficiente… responden quienes participan en la Cruzada Nacional contra el Hambre, que puso en marcha “Chayotzin”.

 

Las mismas promesas hizo José Antonio Meade, en su fugaz paso por esa secretaría, recuerdan los mismos observadores. Bueno, para empezar, el hoy secretario de Hacienda no sabía nada de la política social, pues lo mandaron de la cancillería a la Sedesol para que se diera un “baño de pueblo”, y para engordarlo, políticamente hablando, para meterlo a la carrera por la Presidencia de la República, pero no dio el ancho, por lo cual lo mandaron a Hacienda para hacer el mismo papel que hizo en la administración de Calderón. Además, Meade no es priista, ni panista ni perredista; nada más trabaja para la causa, de manera independiente, afirman quienes lo conocen.

 

Bueno, el responsable de la política social de país convocó a los legisladores a sumarse a este esfuerzo de evaluación en una mesa de diálogo, por medio de la cual se dé seguimiento al manejo de programas sociales, sobre todo en los estados de Coahuila, Nayarit y el Estado de México, donde se celebrarán elecciones el próximo año. Y con la misma demagogia que han utilizado todos los secretarios de Desarrollo Social, incluyendo por supuesto a los del PAN, Luis Miranda les dijo a los senadores que su trabajo al frente de la dependencia es responderle a las familias que menos tienen en el país. “Soy un operador político, no un operador electoral”, subrayó ante los cuestionamientos de aquéllos y de algunos observadores.

 

Mirándose a los ojos, los fregados y los legisladores de oposición preguntan: ¿tú le crees a Miranda? ¡Nosotros tampoco! Responden incluso los beneficiarios de los programas sociales que siguen el consejo de Andrés Manuel López Obrador: “Agarren todo lo que les den”, y en las urnas voten por quienes ustedes quieran.

 

Para que vean que no existe nada chueco en la operación de los recursos de los programas que opera la Sedesol, Miranda recordó que en los comicios celebrados recientemente en diferentes entidades del país, no hubo ninguna denuncia presentada por su mala aplicación.

 

Bueno, el que no existieran denuncias no significa que hayan sido bien aplicados, acotan los malosos.