Las modificaciones en la normatividad para construcciones que promueve la reducción de estacionamientos vehiculares en los inmuebles de la Ciudad de México son una medida adecuada para desincentivar el uso del automóvil; sin embargo, aún son insuficientes y sus efectos serán a largo plazo, consideraron especialistas en movilidad y en planeación urbana.

 

Horacio Urbano, arquitecto especialista en temas inmobiliarios y presidente del portal Centro Urbano, explicó que la norma es una buena política pública; pero es sólo un parche, pues no forma parte de un proyecto integral de desarrollo ni de un proyecto de ciudad.

 

A su percepción, primero debió estar listo un proyecto integral de ciudad, para que posteriormente se elaborara el Programa de Desarrollo Urbano y, por último, los reglamentos en materia de estacionamiento.

 

Otra cosa que hace falta, dijo, es que la reforma no prevé lo que pasará en un plazo inmediato referente a la compra del suelo y proyectos que están en proceso de construcción.

 

Por su parte, Areli Carreón, fundadora de la organización Bicitekas, opinó que tener un máximo de estacionamiento, en vez de un mínimo, es un logro importantísimo que poca gente nota, porque no es como una obra que quede a simple vista. Señaló que en la legislación anterior era un absurdo el hecho de que propiciara más espacio para autos que para personas.

 

Detalló que los resultados de las modificaciones serán a largo plazo y se debe trabajar en la elaboración de más políticas públicas a favor de la movilidad sustentable. Además, está pendiente definir cómo operará el Fondo de Movilidad al que las inmobiliarias harán sus aportaciones en caso de querer rebasar el máximo de cajones de estacionamiento.

 

Por último, Rodrigo Díaz, consultor en desarrollo urbano y movilidad, explicó que si bien es una medida novedosa en el país, a nivel mundial ya hay otras ciudades que lo ejecutan, como en Londres, donde los grandes rascacielos tienen un mínimo de lugares para autos.

 

Coincidió en que la medida no es suficiente, sino que es solamente una parte que debe acompañarse de un fortalecimiento de la red de transporte público, pues las medidas para mejorarlo aún no logran garantizar la movilidad total de los capitalinos.

 

caem