MADRID.- Si Cinna levantara la cabeza, seguro que haría méritos para convertirse en el diseñador de cabecera de la exmodelo, que ha hecho su triunfal aparición con un vestido de cachemira, a la rodilla, a juego con una chaqueta en azul pastel, pese a que se especulaba que la señora Trump elegiría el blanco para su aparición más importante, la investidura de su marido Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

 

Una sorpresa envuelta en discreción que se tildaba original en el escote cruzado y las mangas cortas, por encima de las muñecas, para mostrar unos guantes largos, de piel, azul bebé, en el mismo tono que la presidió hasta los pies, hasta los “stilettos”.

 

Un “look” que recupera la silueta “cocoon” y que ronda la estética de los sesenta, como si Melania Trump hubiera querido lanzar un mensaje de unidad al pueblo americano y homenajear a Jackie Kennedy, muy partidaria de lucir guantes y de los colores pastel, pero eligiendo al diseñador que también ha vestido a Hillary Clinton no solo en campaña, sino incluso el día de la investidura del 45 presidente de Estados Unidos.

 

Melania Trump ha empezado a escribir con letras de estilo una nueva etapa en el capitolio, ha sacrificado su habitual melena en pos de un recogido clásico, de aire messy, con raya y flequillo lateral, que rezumaba suavidad como su “total look”.

 

De primera dama a ex primera dama había un abismo en la escala de pantones. Del azul cielo, abrigado, en cachemira, de Melania Trump, al rojo vino en tweed de manga corta de Michelle Obama firmado por Narciso Rodríguez, del “cocoon” al “normcore”, de un entrar a un salir de la Casa Blanca.

 

La eslovena, estadounidense desde hace 11 años, se ha convertido en primera dama con uno de los diseñadores que ha transformado la moda del país, Ralph Lauren, cuya firma cumple 50 años y demuestra que se puede vestir al estilo republicano y al demócrata, a Melania Trump o a Hillary Clinton.

 

Acalladas quedan las voces críticas de la industria, como Sophie Theallet, Marc Jacobs o Tom Ford, que rehusaron enarbolar la bandera del estilo en el capitolio.

 

La 45 primera dama de los Estados Unidos ha llevado a Ralph Lauren a la tierra prometida, a plasmar juntos el sueño americano.

 

dca