El avasallador incendio forestal de Canadá se ha movido de la provincia petrolera de Alberta a la entidad vecina Saskatchewan, sin que hasta ahora, tres semanas después, las autoridades anuncien que está bajo control.

 

Alimentado por las condiciones secas del área forestal, el incendio creció de 423 mil hectáreas el miércoles a 503 mil hectáreas este viernes, sin que los dos mil 400 bomberos hayan podido controlarlo.

 

Las autoridades anunciaron este viernes que en las próximas dos semanas se incorporarán mil bomberos más a las labores de emergencia.

 

El fenómeno natural ha provocado el desplazamiento de más de 90 mil residentes, ha destruido más de dos mil 400 inmuebles y contaminado el aire que se respira con dificultad en la zona más afectada, Fort McMurray.

 

Los canadienses de todo el país han enviado donativos a la Cruz Roja y en especie. Aunque las autoridades alertan que hay organizaciones “fantasma” que recorren puerta a puerta las ciudades pidiendo, e incluso presionando, por algún donativo para la causa, ante lo que exhortaron a la población a estar alerta.

 

En uno de los dos albergues de Alberta se registró un nacimiento.

 

También se han improvisado albergues para las mascotas.

 

Los desplazados ya han empezado a recibir una pensión como damnificados por parte del gobierno provincial, que va de mil 250 dólares por adulto y 600 por niño.

 

El incendio forestal, llamado “La bestia”, es el tercer incendio más grande en la historia de Alberta, provincia que concentra el mayor número de plantas petroleras del país.

 

Un total de 19 campos petroleros se mantienen en “evacuación obligatoria”, lo cual ha significado millones de dólares en pérdidas para las firmas energéticas.

 

Los elementos de emergencia siguen apostando a que las condiciones climáticas ayuden a minimizar la fuerza de las llamas.

 

Una temperatura de 16 grados centígrados y humedad de 40 por ciento, registrada este viernes en Fort McMurray ayudó al trabajo de los bomberos, aunque no se prevé un control inmediato.

 

Se estima que podrán regresar voluntariamente a partir del 1 de junio algunos residentes, aunque no así las mujeres embarazadas, niños, adultos mayores ni personas con problemas respiratorios, quienes deberán aguardar en los albergues de Edmonton y Calgary hasta que se restablezcan los servicios de agua potable y atención médica.

DEC