Una esfera hecha con cañas de bambú y plástico y que mide más de metro y medio de diámetro utiliza la energía del viento para rodar por los áridos desiertos de Afganistán hasta detectar una mina antipersona, pisarla y hacerla explotar, salvando así la vida y la integridad física de miles de personas.

 

Esta es la función del Mine Kafon, diseño del joven afgano Massoud Hassani (1983) que fue la sensación del MoMA de Nueva York y que ahora se expone hasta el 17 de mayo en el Museo del Diseño de Barcelona dentro de la exposición “Diseño para vivir. 99 proyectos para el mundo real”.

 

En una entrevista con Efe, Massoud Hassani explica que ha combinado sus recuerdos de la infancia cuando corría por los secos y peligrosos terrenos de Afganistán con su inquietud por el diseño para crear un dispositivo barato, capaz de eliminar minas antipersona de forma segura y barata.

 

“Cuando era pequeño, hacía juguetes esféricos para jugar con el viento del desierto de Afganistán. Años después, acabando mis estudios en Holanda, recordé dónde vivía y me di cuenta que había muchísimas minas bajo tierra -apunta Hassani-. Combiné ambas ideas para crear este diseño para eliminarlas”.

 

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El Mine Kafon tiene un núcleo de hierro del que salen más de 150 barras de bambú que forman una esfera que pesa cerca de 80 kilos: “Es suficientemente ligero para que el viento le empuje, pero pesado para detectar y hacer estallar las minas”.

 

El diseñador subraya que los materiales del Mine Kafon son “elementos básicos que se pueden encontrar en los barrios de cualquier ciudad afgana”, por lo que el coste, que ronda los sesenta euros por dispositivo, “es muy barato, ya que prácticamente está compuesto de bambú y plástico y, además, es seguro”.

 

Con cada detonación, el dispositivo pierde entre dos y tres “patas”, por lo que destruir una mina no implica destruir el esférico, y este podría seguir destruyendo hasta tres o cuatro minas más en un sólo uso.

 

“Hoy en día aún se usan detectores carísimos inventados en los años 60″, subraya el diseñador, quien alerta que los detectores más usados “necesitan ser llevados por una persona, y son más peligrosos y caros, todo lo contrario que el Mine Kafon”.

 

Afganistán es el país que más damnificados tiene por culpa de minas antipersona (1.048 en 2013), la mayoría de los cuales son civiles (79 %) que acaban heridos, amputados o muertos.

 

“Este diseño no es sólo un producto -advierte Massoud-, sino también una campaña para concienciar a la gente sobre el problema de las minas antipersona de todo el mundo. No sólo se trata de eliminar minas, sino involucrar a más gente para entender este problema”.

 

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La forma esférica del Mine Kafon, que le permite rodar por superficies planas, es sin embargo una desventaja si el dispositivo se quiere usar en otros lugares, como la jungla o terrenos montañosos.

 

“El Mine Kafon está hecho pensando en un problema local, que es el que he vivido en el desierto de Afganistán, pero estamos diseñando un nuevo dispositivo robótico que pueda ir por todo tipo de terrenos”, asegura.

 

El joven inventor ya ha pensado en soluciones y por eso muestra un “dron” capaz de volar cerca del suelo y, al detectar una mina, pintarla con tinta para que los desactivadores puedan saber dónde están en terrenos difíciles de explorar.

 

Además, Hassani ha convertido el primer prototipo del Mine Kafon en un dispositivo cilíndrico con los mismos materiales, capaz de hacer explotar más minas con un solo uso.

 

Todo ello, según Massoud Hassani, es gracias a haber combinado “experiencias propias con problemas reales”, una creatividad capaz de demostrar cómo el diseño puede llegar a salvar vidas.