Las declaraciones de Vicente Yáñez muestran el mal estado de ánimo de uno de los mayores sectores empresariales del país, cuya actividad depende fundamentalmente de cómo le va al mercado interno.

 

Ayer el presidente de los grandes comerciantes organizados del país -que se aglutinan bajo la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, ANTAD- le dijo a El Universal: “Fue el peor enero de los últimos ocho años, ésa es información pública. De enero a abril de 2014 fue el peor cuatrimestre de los últimos 30 años. Se tuvo un crecimiento muy bajo, pero si se da el impulso del gobierno pueden generarse resultados mejores…”

 

Y es que Yáñez sólo recapitula lo que ha sido una de las peores etapas vividas por el comercio formal en los últimos años en México.

 

Las grandes cadenas comerciales como Wal Mart, Soriana, Palacio de Hierro, Sears, Chedraui o Sanborns han resentido en sus ventas la caída de la demanda interna y el precio de sus acciones así lo refleja. En los últimos 12 meses el precio de las acciones de las cadenas de supermercados y de tiendas departamentales ha tenido un comportamiento mediocre o francamente negativo siguiendo las perspectivas de un consumo interno prácticamente paralizado.

 

walmart

 

El asunto es que si bien Vicente Yáñez apela “al impulso del gobierno” para cambiar estas tendencias negativas en los balances de sus agremiados, el análisis macroeconómico de las cifras laborales -de la generación de empleos formales y de la tendencia que han seguido los salarios- parece indicar que no será tan fácil cumplir ese deseo en el corto plazo.

 

Ya la Junta de Gobierno del Banco de México en su más reciente comunicado de política monetaria reconoce que “el gasto interno aún no muestra señales de una clara recuperación” y que por lo tanto “el grado de holgura que prevalece en la economía sigue siendo mayor al que se anticipaba hace unos meses”. (Una mayor “holgura” en la economía revela que el consumo de las familias se mantiene deprimido debido a la debilidad de sus ingresos)

 

Así que la lectura que hace el banco central sobre las cifras recientes del gasto interno, cae como balde de agua fría a los agremiados que encabeza Vicente Yáñez y es muy probable que ello conlleve repercusiones sobre el ritmo de desembolso y el monto de las inversiones planeadas con anterioridad en el importante sector de los comerciantes agremiados en la ANTAD.

 

Ahora que si bien es cierto que la caída sistemática en las ventas reales en los grandes comercios del país en los últimos meses, estaría reflejando una mayor preferencia de los consumidores por adquirir estos bienes en el comercio informal, la medición del consumo privado en el mercado interno -que publica mensualmente INEGI- refleja que el consumo interno de bienes y servicios totales viene creciendo a un ritmo tres veces menor que en 2012.

 

Así que la realidad de un comercio “parado” es ineludible.

 

Pero ahora se trata de un acto de fe. De creer que en el segundo semestre sí se reactivarán las ventas del comercio formal porque ya estarán aprobadas las leyes que instrumentan las reformas y con ello vendrá el dinamismo que tanto se ha esperado en el mercado interno.

 

Yáñez apuesta a que en 2015 regresarán mejores tasas de crecimiento en las ventas de sus agremiados y que para 2016 se den “altos incrementos” de tres veces la tasa de crecimiento del PIB. Eso esperamos todos.

 

Pero me temo que los deseos del líder de la ANTAD sólo se concretarán si los salarios reales retoman su crecimiento perdido y si se generan nuevos empleos de mejor calidad que los que se crearon en este primer semestre.